educación y dictadura


Hola a todos ¿Cómo están?
En esta clase queremos trabajar con ustedes en torno a una pregunta:
¿Qué sucedió con la educación en nuestro país durante el terrorismo de Estado?
El 24 de marzo de 1976 todas las escuelas argentinas cerraron sus puertas. Aunque hoy resulta llamativo, hay que decir que en aquel entonces muchos no se sorprendieron porque “era el procedimiento habitual” cada vez quehabía un golpe. El “cierre de puertas” indicaba la interrupción de un gobierno constitucional, algo frecuente en la historia argentina.
En el encuentro 4 decíamos que, a pesar de esta continuidad en los golpes de Estado, hay algo que distingue a la dictadura de 1976 y que esa diferencia está en la existencia de campos de concentración. Retomando las ideas de Pilar Calveiro planteábamos que notodas las sociedades pueden “producir y reproducir” campos de concentración y que lo que es necesario indagar son las condiciones de posibilidad de esas prácticas represivas. Es decir, ¿Por qué la sociedad argentina toleró los campos de concentración? Para continuar con esa indagación, en este encuentro nos interesará preguntarnos cómo la política represiva se extendió desde ese núcleo que eran losCentros Clandestinos de Detención (CCD) hacia el resto de la sociedad y, en particular, hacia la escuela.
Es decir, no podemos pensar la educación durante la dictadura escindida de la concepción de terrorismo de Estado. Así como hay un nivel macropolítico del terrorismo de Estado que abarca el nivel nacional y el contexto regional y mundial, analizar la escuela nos permite atender aunnivel micropolítico,donde puede verse lo que algunos autores reconocen como el terror diseminado.
Este terror diseminado significó concretamente un control sobre la estructura burocrática del sistema educativo y una modificación en la vida cotidiana de las escuelas. Hay que decir, además, que la represión impactó de forma directa: según las denuncias recogidas por la CONADEP (Comisión Nacional sobre laDesaparición de Personas), el 5,7% de los desaparecidos eran docentes y el 21% estudiantes.
En el libro El principio del fin. Políticas y memorias de la educación en la última dictadura militar (1976 -1983), de Pablo Pineau, Marcelo Mariño, Nicolás Arata y Belén Mercado, los autores plantean que durante la dictadura se instrumentó una política basada en dos estrategias: una represiva yotra discriminatoria.
La estrategia represiva, impulsada sobre todo por grupos tradicionalistas, proponía reestablecer una serie de “valores” que se creían perdidos y borrar la influencia y el impacto de la democratización y la renovación cultural característicos de los años 60´ y 70´, desde de la experiencia de la escuela nueva hasta las pedagogías más alternativas y críticas como las de Paulo Freire.La estrategia discriminadora, promovida por grupos modernizadores-tecnocráticos, apuntaba a la desarticulación de los dispositivos homogeneizadores que habían favorecido, al menos en parte, la democratización del sistema educativo. Esta estrategia apuntó a crear un sistema educativo fragmentado en circuitos diferenciados según los distintos sectores sociales, dependiente de las demandas del mercado y delmodelo de distribución de la renta. Ejemplos de esto puede ser el retiramiento del Estado educador, la segmentación interna del sistema y el tipo de políticas didácticas implementadas. 
A continuación los invitamos a visualizar la entrevista a Pablo Pineau, maestro, doctor en Educación y especialista en historia de la educación.

 
 
La entrevista invita a detenernos en dos cuestionesfundamentales:
Cómo funcionó el disciplinamiento
Qué espacios de resistencia existieron
Qué pasó en la posdictadura con las prácticas de disciplinamiento
  
Cómo funcionó el disciplinamiento
Para pensar qué significó el disciplinamiento en el campo educativo hay que tener en cuenta que la dictadura consideraba que la educación era un campo apto para el “florecimiento de la subversión”. Para...