ejemplo de semblanza
Páginas: 2 (297 palabras)
Publicado: 1 de febrero de 2016
Una mujer humilde y luchadora
Una vida alegre y divertida, recuerdos inolvidables y un pasado conmovedor. Así recuerda Margoth Guette, una fresca mañana acariciada por la brisa, seducidapor la luz de sol, el inigualable paisaje terrenal y el dulce cantar de las aves. Hace 14 años, una inesperada enfermedad, tocó laspuertas de su vida. Una fuerte diabetes, que arrasó como lasolas del mar, con los sueños y proyectos aun por cumplir. A paso lento el indescriptible dolor y los interminables calambres, poco a pocodeterioran su salud y su calidad de vida.
Una mujeralegre, divertida, espontanea, que endulza la vida de los demás con una alentadora expresión. A sus 77 años de edad, su deteriorado rostro porel pasar del tiempo, no le ha borrado esebrillo de sus ojos y esa reluciente sonrisa que siempre la ha caracterizado. Su piel color café, donde se pierden sus infinitas pecas, dejan huellas de lamujer atractiva que tiempo atrás fue. Barranquillera de nacimiento, samaria de corazón. A los 12 años emigró de su ciudad natal acompañada por sus padres y demás familiares, en busca de mejoresoportunidades de vida. Poco tiempodespués inició sus estudios de enfermería auxiliar en la escuela de enfermería Gabriel Angulo. A pesar de haber cursado hasta tercero de primaria, no le fue impedimento paraestudiar unacarrera profesional durante esa época. El Gobierno dotaba a los estudiantes con las herramientas, implementos y todo lo que necesitaban para su carrera.
Su capacidad de aprendizaje, eltalento yhabilidad hicieron de esta mujer una gran enfermera. Dedicada y apasionada por los niños, quienes al principio fueron sus primeros pacientes. Inicialmente las prácticas de enfermeraauxiliareran empíricas. Sus profesores fueron doctores especializados en varias ramas de la salud.
Trabajó en diferentes lugares, desde clínicas, hospitales, hasta farmacias y laboratorios.
Una vida alegre y divertida, recuerdos inolvidables y un pasado conmovedor. Así recuerda Margoth Guette, una fresca mañana acariciada por la brisa, seducidapor la luz de sol, el inigualable paisaje terrenal y el dulce cantar de las aves. Hace 14 años, una inesperada enfermedad, tocó laspuertas de su vida. Una fuerte diabetes, que arrasó como lasolas del mar, con los sueños y proyectos aun por cumplir. A paso lento el indescriptible dolor y los interminables calambres, poco a pocodeterioran su salud y su calidad de vida.
Una mujeralegre, divertida, espontanea, que endulza la vida de los demás con una alentadora expresión. A sus 77 años de edad, su deteriorado rostro porel pasar del tiempo, no le ha borrado esebrillo de sus ojos y esa reluciente sonrisa que siempre la ha caracterizado. Su piel color café, donde se pierden sus infinitas pecas, dejan huellas de lamujer atractiva que tiempo atrás fue. Barranquillera de nacimiento, samaria de corazón. A los 12 años emigró de su ciudad natal acompañada por sus padres y demás familiares, en busca de mejoresoportunidades de vida. Poco tiempodespués inició sus estudios de enfermería auxiliar en la escuela de enfermería Gabriel Angulo. A pesar de haber cursado hasta tercero de primaria, no le fue impedimento paraestudiar unacarrera profesional durante esa época. El Gobierno dotaba a los estudiantes con las herramientas, implementos y todo lo que necesitaban para su carrera.
Su capacidad de aprendizaje, eltalento yhabilidad hicieron de esta mujer una gran enfermera. Dedicada y apasionada por los niños, quienes al principio fueron sus primeros pacientes. Inicialmente las prácticas de enfermeraauxiliareran empíricas. Sus profesores fueron doctores especializados en varias ramas de la salud.
Trabajó en diferentes lugares, desde clínicas, hospitales, hasta farmacias y laboratorios.
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