el arte de soñar- carlos castaneda
EL ARTE DE ENSOÑAR
Carlos Castaneda
Índice
Nota del autor 3
1. Los brujos de la antigüedad 6
2. La primera compuerta del ensueño 33
3. La segunda compuerta del ensueño 16
4. La fijación del punto de encaje 36
5. El mundo de los seres inorgánicos 49
6. El mundo de las sombras 61
7. El explorador azul 73
8. La tercera compuerta del ensueño 80
9. Lanueva área de exploración 93
10. Acechando a los acechadores 102
11. El inquilino 111
12. La mujer de la iglesia 122
13. Volando en alas del intento 133
NOTA DEL AUTOR
En un periodo de más de veinte años, he escrito una serie de libros acerca de mi aprendizaje con un brujo: don Juan Matus, un indio yaqui. Expliqué en esos libros que él me enseñó brujería, pero no como nosotros la entendemosen el contexto de nuestro mundo cotidiano: el uso de poderes sobrenaturales sobre otros, o la convocación de espíritus a través de hechizos, encantamientos y ritos a fin de producir efectos sobrenaturales. Para don Juan, la brujería era el acto de corporizar ciertas premisas especializadas, tanto teóricas como prácticas, acerca de la naturaleza de la percepción y el papel que ésta juega en moldearel universo que nos rodea.
Siguiendo la sugerencia de don Juan, me he abstenido de utilizar una categoría propia de la antropología: el chamanismo, para clasificar su conocimiento. Siempre lo he llamado como él lo llamaba: brujería o hechicería. Sin embargo, al examinar este concepto me he dado cuenta de que llamarlo brujería oscurece aún más el ya en sí oscuro fenómeno que me presentó en susenseñanzas.
En trabajos antropológicos, el chamanismo es descrito como un sistema de creencias de algunos grupos nativos del norte de Asia; un sistema prevaleciente también entre ciertas tribus de indios de Norteamérica, el cual sostiene que un mundo ancestral e invisible de fuerzas espirituales, benignas y malignas, predomina alrededor nuestro; fuerzas espirituales que pueden ser convocadas ocontroladas por practicantes, quienes son los intermediarios entre el reino natural y el sobrenatural.
Don Juan era ciertamente un intermediario entre el mundo natural de la vida diaria y un mundo invisible, al cual él no llamaba lo sobrenatural, sino la segunda atención. Su tarea de maestro fue hacer accesible a mí esta enseñanza que usó con este propósito, al igual que las prácticas que me hizoejercitar, la más importante de las cuales fue, sin lugar a duda, el arte de ensoñar.
Don Juan sostenía que nuestro mundo, que creemos ser único y absoluto, es sólo un mundo dentro de un grupo de mundos consecutivos, los cuales están ordenados como las capas de una cebolla. Él aseveraba que aunque hemos sido condicionados para percibir únicamente nuestro mundo, efectivamente tenemnos la capacidadde entrar en otros, que son tan reales, únicos, absolutos y absorbentes como lo es el nuestro.
Don Juan me explicó que para poder percibir esos otros reinos, no sólo hay que desear percibirlos, sino también poseer la suficiente energía para entrar en ellos. Su existencia es constante e independiente de nuestra conciencia, pero su inaccesibilidad es totalmente una consecuencia de nuestrocondicionamiento energético. En otras palabras, simple y llanamente a raíz de este condicionamiento estamos compelidos a asumir que el mundo de la vida cotidiana es el único mundo posible.
Seguros de que sólo nuestro condicionamiento energético es nuestro impedimento para entrar en esos otros reinos, los brujos de la antigüedad desarrollaron una serie de prácticas designadas a reacondicionarnuestras capacidades energéticas de percepción. Llamaron a esta serie de prácticas, el arte de ensoñar.
Con la perspectiva que el tiempo me da, ahora me doy cuenta de que la descripción más apropiada que don Juan le dio al ensueño fue llamarlo "la entrada al infinito". Cuando lo dijo, comenté que su metáfora no tenía ningún significado para mí.
-Descartemos las metáforas ‑concedió‑. Digamos que...
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