El cafe
Vengo de una familia a la que le encante el café, y nos gusta bien cargado, pero de pan. Y debo confesarque también me gusta el café de esos nuevos lugares que acaban de llegar a la ciudad, ¡muy nice!. Pero tomar un cafecito del Petrolero no se compara con ninguno de esos.
Estos cafés los trajerona Poza Rica los chinos, junto con ellos trajeron los biskets y hot cakes, y esta ciudad los adoptó y los hizo parte de su vida, parte de una costumbre y ahora ya una tradición.
Es increíble que yotodavía pueda disfrutar de algo que para mi abuelo era una rutina, era como parte de su jornada laboral, salir del trabajo a media noche o entrar de madrugada, a cualquier hora me dice mi abuelo queera imperdonable no pasar por un café. Era una reunión de amigos, y lo sigue siendo, siempre vemos al Petrolero, al Capri o el Mante lleno de jubilados petroleros, yo me imagino, se han de juntar pararecordar esas trasnochadas jornadas laborales las cuales los hacen sentir jóvenes otra vez, ya que recordar, es volver a vivir.
Entrar a uno de esos lugares es como dar una vuelta al pasado, escomo si me transportara a los inicios de esta ciudad. Ahí, jóvenes y jóvenes de la tercera juventud comparten la mesa, como si estuvieran en sus casa, ahí no hay edades, no hay diferencias, todosdisfrutamos igual de ese café. Comparte uno la mesa con tal familiaridad que pareciera que ese petrolero de cabello encanecido que se encuentra a nuestro lado fuera nuestro mismo abuelo.
Poza Rica sícuenta con costumbres dignas de preservarse y estoy segura que cuando pasen otros 57 años mas, en el Capri, en el Petrolero y en el Mante, se van a seguir viendo a muchos abuelitos disfrutar de un...
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