EL CUADERNO DE NOAH

Era el fin de semana que marcaba el inicio de la primavera. Eric sabía que desde el primer día empezarían a arribar cientos de turistas a Pipeline Oahu y entre ellos seguramente habría mucho novatos practicando el deporte en el que él se consideraba un experto; el surf. La situación en casa cada vez era más precaria; su padre había fallecido y a su madre no le alcanzaba con lo que ganaba demesera para sustentar todos los gastos. Estas vacaciones serían una buena oportunidad para conseguir algo de dinero extra enseñando a esos aprendices y de paso para cautivar a una que otra visitante con sus habilidades con la tabla.
La mañana del sábado después de desayunar, le puso la correa a Max y salieron a su acostumbrada caminata por la playa. Era un día soleado, típico de la época, y ya sepodían ver a algunas personas en la playa aplicándose bloqueador; familias, grupos de amigos, niños y una que otra pareja de adultos mayores. Al estar frente al muelle, Max repentinamente jaló fuerte de la correa la cual se escabulló entre los dedos de Eric. Las gaviotas que se hallaban a la orilla de la playa habían llamado su atención como siempre, sólo que esta vez Eric no quería que su pastoralemán espantara a algún niño ahí presente, por lo que corrió detrás de él intentando parar su loca carrera. Después de fallar en su intento una vez más por atrapar a alguna gaviota, Eric, quien se había detenido para tomar un respiro, vio a la distancia como Max se detenía detrás de una sombrilla clavada en la arena. Preocupado por lo que pudiera pasar nuevamente aceleró el paso y al acercarse viocomo unas manos delicadas acariciaban a su perro.
“Es tuyo?” – preguntó ella con voz suave y dirigiendo su mirada por entre el margen superior de sus lentes de sol.
“Si es mío, perdona si te molesta, se me escapó de las manos y no lo pude alcanzar” – respondió con respiración agitada. “Vamos Max, deja en paz a la señorita!”.
“No me molesta en absoluto, es muy lindo” – repuso ella sonriendo, altiempo que se quitaba los lentes. “Hola, soy Erin”.
Inmediatamente, Eric quedó cautivado por ese par de ojos azules y esa mirada dulce. La delineada figura de aquella mujer quien además cubría su pelo rubio con el típico sombrero de playa, habían pasado a un segundo plano.
“Estás aquí de vacaciones?” – cuestionó Eric al tiempo que sujetaba nuevamente la correa de Max.
“No, sólo hemos venidode fin de semana. Tengo que regresar a trabajar”.
“Estas con tu familia?”
“No. Con mi novio y un par de amigos más”.
“Que bien. Pues bienvenidos y disfruten su estancia”.
Sin explicarse en ese instante el por qué, sintió como su respuesta de ella lo hacía sentir un poco desilusionado. Sin embargo, segundos después pensaba para sí mismo que era iluso creer que una mujer tan atractiva pudieraestar sola.
Esa misma noche en Waldo’s, la discoteca cercana a la playa, mientras Kevin y Ike daban rienda suelta a su alcoholismo el cual ya en numerosas ocasiones había sido motivo de fuertes discusiones entre este último y Erin, ella por su parte en la mesa, le contaba a su amiga Sara sobre su pequeño encuentro con Eric y su mascota.
“Y era atractivo” – preguntó Sara con tono curioso.“Bastante lindo diría yo. Moreno claro, pelo castaño y ojos color miel; además de un físico bien marcado” – recordó embelesada.
“Pareciera que te hubiera flechado. Cuidado con que Ike, si te escucha, ya sabes como se pone”.
“Míralos. Ya están ahogados de borrachos, tú crees que siquiera entienda lo que yo pueda decir”. Su rostro enseguida adoptó un semblante de decepción. “No sé ni siquiera porque sigoaun con él…” – finalizó.
“No tienes porque, el hecho de que sea la mano derecha de tu padre en la compañía no te obliga a estar con él”.
Entrada la noche, por la puerta de lugar apareció la figura de Eric. Iba vestido con una camisa en tonos naranjas floreada y pantaloncillos cortos en color blanco. Se había peinado el pelo hacia atrás y ese look lo hacía ver aún más atractivo para las...