El Delincuente En El Pensamiento De César Lombroso Y Su Aplicabilidad En Tiempos Actuales

EL DELICUENTE EN EL PENSAMIENTO DE CÉSAR LOMBROSO Y SU APLICABILIDAD EN TIEMPOS ACTUALES

Mario Vicente Chávez Reyes
Profesor de la Facultad de Derecho de la
Universidad Señor de Sipán de Chiclayo.

En nuestros días ya nada nos sorprende, las teorías de explicación del fenómeno criminal y del delincuente se entremezclan sin poder ya mantenerse explicándolo cada una por su cuenta,corroborando la necesidad de un análisis dialéctico de los problemas sociales para la obtención de un resultado válido y de aplicación eficaz para solucionarlos.

Una de estas teorías, no de las más vigentes por cierto, pero sí de las que ninguno de los que hemos tenido algún acercamiento con las ciencias penales puede pasar por alto es la de César Lombroso[1] cuyo criterio desató amplia polémica en losúltimos años del siglo XIX al lanzar su concepción del delito como resultado de tendencias innatas, de orden genético, observables en ciertos rasgos físicos o fisonómicos de los delincuentes habituales (asimetrías craneales, determinadas formas de mandíbula, orejas, arcos superciliares, etc.), sin dejar de lado como factores criminógenos el clima, la orografía, el grado de civilización, la densidadde población, la alimentación, el alcoholismo, la instrucción, la posición económica y hasta la religión. Polémica que por cierto tuvo su origen en la forma drástica como iba presentando sus reverberaciones, por ejemplo decía: "En realidad, para los criminales natos adultos no hay muchos remedios: es necesario o bien secuestrarlos para siempre, en los casos de los incorregibles, o suprimirlos,cuando su incorregibilidad los torna demasiado peligrosos"[2].

Es así que sus detractores encontraron en la forma como presentaba sus teorías; a lo que agregaron la precariedad de su método científico[3]; para restarle rigor científico y por lo tanto validez como explicación del delito y base para su tratamiento; asimismo arguyeron que ni siquiera se ha demostrado que entre las tribus primitivasexista una alta tasa de criminalidad, que no parece que exista correlación necesaria alguna entre los estigmas y una tendencia criminal, ya que los rasgos que atribuía a los delincuentes eran fáciles de encontrar en cualquier persona, y que no se puede prescindir de la relevancia de los factores exógenos o sociales. Sin embargo hay quienes reconocen al insigne Veronés como el creador de lacriminología como es el caso del jurista español Luis Jiménez de Azúa[4], quien en este sentido le atribuyó la fórmula moderna de la Antropología Criminal, la cual debía estudiar al autor del crimen y hallar el origen de su delincuencia, estableciendo la existencia de un delincuente “nato” (homo delinquens), peculiar especie humana diferenciable por características psicosomáticas que a su vez definen altipo delincuente como una variedad del homo sapiens o como lo denominaba el jurista hispano, una species generis humani, congénito, identificable con el loco moral[5], con base epiléptica, explicable principalmente por atavismo[6], con un tipo biológico y anatómico especial[7].

Lo cierto es que no todo fue fracaso pues su nombre fue reivindicado entre otros por el cubano Evelio Tabío, llegando aconfigurarse el “delincuente por tendencia” en el artículo 108[8] del Código Penal italiano de 1930, surgiendo luego la teoría exógena del delito como fenómeno por “inadaptación social” reeditando al delincuente nato de Lombroso como el hombre sin el psicoanalítico “super-yo”[9], temas tratados en los congresos de criminología Roma 1938 y Chile 1941 donde Nerio Rojas sustentó lo que llamaba la“perversión constitucional” como esencial y Garafulié como predisponerte, llegando así al “estado peligroso” de Mezger, con los diversos tipos delincuentes sometidos al juicio de reproche que emiten los intérpretes de la comunidad y a la pena que se les proporciona, y luego a la endocrinología criminológica que recibió el entusiasta saludo de los lombrosianos ya que confirmaba el influjo del soma...