El disparo de argon

ENSAYO
“EL DISPARO DE ARGON”

“…Pocas cosas son tan pasmosas como la moderna realidad..
Donde lo nuevo solo dura unos minutos…”

El disparo de argón se centra en las historias entrelazadas que se dan en una clínica instalada en la calle de san Lorenzo en el México post-moderno.

Fernández, nombre del protagonista, nos narra entre metáforas y palabras crudas, la realidad de ese Méxicono tan antiguo. Poco a poco, vamos desentrañando las condiciones políticas y económicas del país con las problemáticas del mismo hospital; como una visión microscópica que nos permite entender mejor el funcionamiento de la estructura mexicana.

Describiéndonos un hospital destartalado, con muchas deficiencias, con generaciones de doctores, de licenciados que siguen estancados en la mediocridadeconómica; “…. el país cada vez nos resulta más próximo y jodido…. de medico que gana menos que los técnicos en aire acondicionado que tanto repudia….”. El que tiene que atender lesiones de otra índole a su especialidad (la optometría) por falta de mas clínicas, de la terrible deserción de cerebros que prefieren aventurarse a otros países que seguir en el nuestro; “…en el ultimo almuerzo degeneración, Sara Martínez Gluck y yo quedamos en ridículo: se hablo de catamaranes y tuvieron que explicarnos que no se trataba de un nuevo instrumental sino de veleros fondeados en Valle de Bravo. La vida sin veleros es perfectamente tolerable para alguien de San Lorenzo…”

Pero también aparecen las problemáticas políticas, reflejadas en la misma institución. Villoro logra resaltar la corrupcióninterna de las instalaciones cuando nos presenta un mercado ilegal de venta de corneas, puestas en frascos de gerber para exportarlas a Tijuana y que, pese a la inmoralidad del asunto, el hospital termina aceptándolo como si no hubiera otra forma de sobrevivir ante el sistema más que entrando en él; “….Iniestra concibe la clínica como un mercado de ojos y aparentemente el país le da la razón….”

Yla frase inconsciente que retumba en cada hoja es la de “únete o perece”, en ese hospital en banca rota que no ve otra salida más que apoyar al sistema en su corrupto negocio para seguir existiendo “….por lo visto, cada bombilla encendida venia de un ojo fugado…”. En esa ciudad mordaz llena de desigualdades sociales como; “…el mantenimiento de aparatos de tecnología de punta en un país donde elagua y la luz se van cada tercer día…”

La desilusión prospera, esa decepción que genera la impotencia de no saber si quiera con quien se pelea, ¿quiénes son aquellos que están detrás de esa destrucción sublime que se refuerza con la culpa concebida por saberse cómplices y que viene a rematar el estado anímico del ser individual?; “…los ojos en el escaparate de una óptica me vieron como si meexigieran cuentas, cuentas dolorosas… estaba harto, jodido de perpetuar esa guerra sin frentes ¿había algo peor que no poder odiar a alguien en concreto?...” ¿Quién era ese ser repudiado? ¿Ese protagonista no dicho que destruía los principios ajenos? ¿Qué obligaba a vender corneas sanas para sobrevivir a la crisis económica? ¿El gobierno corrupto, la sociedad olvidada en la apatía, las reformasinservibles de empleo y educación? Villoro no lo dice, pero una estela profunda nos lleva a pensar en ese antagónico gubernamental que siempre ha tenido México. Y que al final, termina asesinando al héroe sobrio y melancólico que pinta Villoro.

Pero no solo es el hospital el que se come a sus hijos, sino entre ellos mismos, al haberse olvidado del objetivo real para centrarse en la competenciacarnívora por subir de escalón, por seguir trepando en esa masa de puestos públicos. Entre envidias, palabras de hipócrita aliento e indecisiones de tomar o no el lugar ofrecido; Fernández se pierde en este mundo donde no hay tiempo para pensar en el cambio, en el cómo o en el porqué. Donde ni siquiera las figuras representativas de nuestro identidad se reflejan bien, haciendo una mezcolanza de...