EL ESTADO DEL CONFLICTO Y LA INCIERTA NEGOCIACI N

EL ESTADO DEL CONFLICTO Y LA INCIERTA NEGOCIACIÓN
El debilitamiento de las guerrillas es un hecho evidente, como también lo es que, pese a más de nueve años de confrontación militar, éstas siguen existiendo y, aunque debilitadas, siguen siendo un factor de perturbación en amplias áreas del territorio. Las guerrillas han encajado duros golpes en sus estructuras básicas, en sus tradicionales áreasde influencia y en sus mandos superiores. Así mismo han visto reducida su influencia internacional y sus redes de apoyo. Particularmente, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, han soportado un ataque de las Fuerzas Armadas Gubernamentales durante los últimos años, que las han debilitado sobre todo en lo que ellos han denominado su frente oriental. La muerte de Jorge Briceño,alias “El Mono Jojoy” las ha obligado a un proceso de repliegue y reestructuración al tiempo que han encajado fuertes acciones militares en esta región del país.

No ocurre lo mismo en el sur del país en donde han logrado mantener sus estructuras militares sin sufrir grandes pérdidas. También durante los últimos años sufrieron importantes derrotas en el departamento de Cundinamarca, que era uncorredor muy importante para su logística. Igual situación se presentó en sus frentes de la Costa Norte del país. Pero quizás el golpe más importante sea su aislamiento político y su descrédito entre las mayorías nacionales. En iguales o peores circunstancias se encuentra el Ejército de Liberación Nacional, ELN.
Los largos ocho años del gobierno de Álvaro Uribe Vélez lograron convencer a una buena partede la opinión pública de que la derrota de las guerrillas por la vía armada era posible. La mayoría del país se casó con esta tesis uribista y destinó recursos inmensos del erario público para lograr este propósito. En total se dedicaron más de cinco puntos del Producto Interno Bruto cada año para aumentar el pie de fuerza de las fuerzas armadas y de policía con el propósito de aniquilar a lasguerrillas. Al mismo tiempo se fortalecieron los grupos paramilitares que desde entonces se ocuparon -como lo reconocen abiertamente los jefes paramilitares extraditados- del trabajo sucio, de las masacres, del despojo y del desplazamiento de centenares de miles de campesinos. El asesinato de líderes sociales, de líderes comunitarios, de periodistas y defensores de derechos humanos, corrieron porcuenta principalmente de estos grupos. La mayor parte de dichos asesinatos contaron con la complicidad de integrantes de las Fuerzas Armadas que en muchas ocasiones los protegieron en vez de proteger a la población civil que es su primer deber constitucional y legal. Como también se sabe, estos grupos infiltraron los poderes locales y regionales, al Congreso de la República, y dependencias públicasdel poder judicial.
Sin embargo las guerrillas no fueron aniquiladas. Fueron -eso sí- debilitadas como lo hemos señalado y aisladas de la opinión pública, a lo que contribuyeron enormemente ellas mismas con la práctica del secuestro, con la crueldad con que trataron a los secuestrados, con el asesinato de muchos de ellos en cautiverio y con sus nexos probados con el narcotráfico, que es, como sesabe, desde hace ya más de dos décadas su principal fuente de financiamiento. Pese a todo ello siguen existiendo y están lejos de ser aniquiladas.
Es por ello que se precisa ahora un amplio trabajo en la opinión pública para que la alternativa de la negociación política pueda nuevamente abrirse paso en una opinión pública hastiada de la guerra y de sus nefastas consecuencias en cuanto al deteriorode los derechos humanos y de la convivencia pacífica. No ha sido fácil para quienes pensamos que ésta es la salida más favorable para salir del conflicto armado. Aún organismos como la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia sufrieron una amplia estigmatización por parte del propio Uribe, quien los llamó “aliados del terrorismo” por el simple hecho de que en los últimos años profirió dos...