El Estado, Los Jóvenes Y La Vuelta A La Política

El Estado, los jóvenes y la vuelta a la política


Desde hace un tiempo se dice que los argentinos, y en especial los jóvenes, han vuelto a creer en la política. Como contraste, en nuestra experiencia cercana, aún recordamos los momentos en los que la política se nos presentaba como algo ajeno, como un espacio que tan sólo merecía el repudio generalizado. Sin duda, la dictadura militarhabía sido efectiva en uno de sus propósitos primordiales: la política había dejado de ser el lugar desde el que los jóvenes interveníamos para convertir en realidad nuestros sueños de transformación. La percepción palmaria de los recientes desaparecidos se hacía carne en el “no te metás”.
Por su parte, la etapa neoliberal que tuvo su corolario precisamente en la dictadura militar y que semanifestó en su máxima expresión en la década del noventa (primero con Menem y luego con De la Rúa), profundizaba aún más la crisis de la política. El Estado, que en otros momentos de nuestra historia había asegurado - en mayor o en menor grado- un ideario de integración social, resignaba su intervención para dejar lugar a los designios del libre juego de la oferta y la demanda, mientras millonesde personas caían en la pobreza: la fragilidad de un futuro incierto golpeó las conciencias de un pueblo abatido, y la política, restringida a una casta de tecnócratas, se evidenciaba como la responsable. La juventud, se hizo eco de esta realidad, y se declaró apolítica, mientras los discursos hegemónicos circulantes la acusaban de desinteresada, apática y hedonista, cuando no (especialmente en losjóvenes de sectores populares), peligrosa y potencialmente delincuente.
El ideario triunfante del mundo neoliberal, restringía el papel del Estado a su mínima expresión. El llamado Estado mínimo, barría la idea de que el mismo debía asegurar un acceso pleno a la ciudadanía. La concepción subyacente era la de la autorregulación: era el individuo el que debía procurar su subsistencia. ElEstado ya no era mediador entre los intereses de los poderosos y las necesidades de los desposeídos. Queda claro quién perdía en esta ecuación. Interpretando este estado de cosas que se manifestaba en la realidad latinoamericana, el ex presidente brasilero, Ignacio Lula Da Silva planteaba que "El Estado está para cuidar a los pobres, los ricos no necesitan del Estado".
Al negar suintervención no sólo en términos de política social, sino, de cualquier perspectiva estratégica, independiente y soberana, el Estado negaba la política; y porque negaba la política, se negaba a sí mismo:
“Despojado de gran parte de su soberanía, que alguna vez había sido completa, `total´, (el Estado) ha esgrimido argumentos del tipo de “no tenemos alternativa” como fundamentos de acción mucho más amenudo de lo que ha ejercido la libre selección de las políticas a seguir; movido por fuerzas exteriores y no por las preferencias democráticamente expresadas de sus propios ciudadanos” (Zygmunt Bauman. La sociedad sitiada).
Néstor decía que “el poder económico necesita un poder político débil”. Sabía que no puede haber una política soberana ni democrática, cuando esta resigna los interesesnacionales y populares a los mandatos externos de unos grupos concentrados de capital.
Cuando se dice que los jóvenes vuelven a creer en la política, habría que despojar de la frase cualquier halo de misterio. En el país y en gran parte de Latinoamérica, hemos recuperado la política. La hemos recuperado como forma de proyectarnos, como forma de enfrentarnos a lo dado, como espacio dearticulación y confrontación. Paradójicamente, son los jóvenes los actores más dinámicos de este proceso participativo.
Este trabajo, intenta recorrer a partir de algunos ejes problemáticos tales como la política, la escuela, la familia y el trabajo, las implicancias del modelo neoliberal, reponiendo ciertas discusiones que se dan en el terreno de la investigación social. No creemos que esto...