El extraño retorno de tony rajoña de gomorra

El extraño retorno de Tony Rajoña de Gomorra.

Gerardo Roa, M. A.

Capítulo I

¡Qué clima más insensato! ¿Por qué el sol calienta tanto mi espalda, secando el brillo natural de mi epitelio? Pero no sólo mi cuerpo arde; también el de las bestias y las plantas. Y no sólo el sol es el culpable; la brisa se ha olvidado de mi ambiente, el polvo me ciega los ojos causando cieno en mi pupila.¡Ah! No únicamente me afectan los seres inorgánicos; los mosquitos desean despedazarme, y no tengo otra escapatoria. Los perros de la esquina han cagado mi jardín. Los gatos cimarrones se han comido los pichones de la cigua de mamá. Las palmeras denuncian la aflicción.
¿Por qué todo en mi contra en este ambiente hostil? ¿Qué tendré a mi favor? ¿Hallaré una esperanza? Trataré. Buscaré una solución¿Quién será? ¿Quién sabrá dónde hallarla?
Pero el viento no me favorece: combate mi respiración. La apesta. La embriaga. ¿Cómo puedo? No lo sé ¿Quién me implora? Díganme, sí, díganme.
Hallarme encerrado en este orbe de confusiones hace de mi vida un hedor eterno. La pocilga que me alberga no es digna de tenerme. Al menos eso pienso. Pero ¿Qué diré? ¿Quién soy que no pueda sufrir, que no puedallorar, que no pueda morir? Quizás haya quienes sufran más tormento del que he disimulado durante toda mi vida. “¡Oh Tony! que desdichado eres en la vida”.
Hablar de mí no vale ni un pelo de puerco. En mi mundo ya siquiera eso tiene valor. En el presente, parte de mi vida no ha sido. La otra todavía no sé si podrá ser. Lo que nunca he negado es que vivo herido por la vida, sin soportar un segundomás pestilencia. Es verdad. He pasado por penumbras que nunca imaginé.
¡Qué sentido de mí mismo es este! ¡Qué horrible es pensar de este modo! ¿Tendré razón, o estoy equivocado?
Viví en la vida con mi familia; sí, ellos, quienes me trajeron al mundo. Compartimos el mismo techo por varios años. Tuve padres, aunque nunca un hogar. Mi vida entera, desde mi nacimiento hasta el presente, no hasido vida, sino desdicha, con excepción de algunas de mis travesuras que aún guardo en mi memoria, y que me dan satisfacción.
Ahora bien, el mayor tiempo de mi existencia no es, ni ha sido. ¿Cuántas veces violaron mis derechos de infancia? Por eso, a veces me pregunto si lo mío fue niñez. La respuesta: No, no lo fue.
Quizás mi amigo lector se esté preguntando: ¿Quién es este ebrio de penas que sedesahoga derramando todo este vino de palabras amargas?
Mi primera respuesta es mi denominación: Tony Rajoña de Gomorra. ¡Vaya nombre éste! Tony, por el nombre de mi padre, Anthony; y Rajoña es mi apellido. De raja no sé qué. Pero de joña, estoy seguro que es mi vida. Sí, una pura joroña. Mi segundo apellido, Gomorra, porque en las huelgas de los 12 años, quemé más gomas que Ramón Piquito y queFelimón Heredia, los conspiradores, a quienes todo el mundo llamaba, los rompe puertas de Gomorra.
En Gomorra –ciudad centinela, situada a diez kilómetros al norte de Villa Mella– la delincuencia era imperante. Fue en esa ciudad donde acostumbraba a esconderme cuando la guardia me perseguía. Sabía que en ese lugar mi vida corría peligro. Pero esto empezó a ocurrir mucho después deindependizarme de mi casa. Ya conocía las malicias de la calle, y los líderes barriales eran más o menos igual de rastreros que yo.
Como todos se podrán imaginar, mi discriminación por mi nombre costó muchos pleitos callejeros, aun siendo niño. No fue una, ni fueron dos las veces que tuve que quebrarle la cabeza a Dominguito, el hijo del zapatero, para que dejara de vocearme:

“Tony la Raja, compró unreloj, tu mai la puta y la mía no”.

Ajá, yo no podía dejar de salir a la calle en busca de mi comida. Al fin y al cabo todo niño esclavo tiene que pedir para poder comer. Sí, fui uno de aquellos tantos que darían un plato de legumbres –de poseerlo– por parlar con sus padres. Esto fue lo único que estuve dispuesto a pedir. Nunca pedí comida o dinero, pero sí afecto sincero y amor paternal. Esa...