El gigante egoista

Páginas: 14 (3411 palabras) Publicado: 15 de junio de 2011
EL PRÍNCIPE FELIZ Oscar Wilde

En la parte más alta de la ciudad, sobre una co-

Y el profesor de matemáticas fruncía las cejas, adoptando un severo aspecto, porque no podía lumnita, se alzaba la estatua del Príncipe Feliz. aprobar que unos niños se permitiesen soñar. Una noche voló una golondrinita sin descanso hacia Estaba toda revestida de madreselva de oro fino. la ciudad.Seis semanasantes habían partido sus Tenía, a guisa de ojos, dos centelleantes zafiros y amigas para Egipto; pero ella se quedó atrás. un gran rubí rojo ardía en el puño de su espada. Estaba enamorada del más hermoso de los juncos. Lo encontró al comienzo de la primavera, cuando volaba sobre el río persiguiendo a una -Es tan hermoso como una veleta -observó uno gran mariposa amarilla, y su talle esbelto la atrajode los miembros del Concejo que deseaba gran- de tal modo, que se detuvo para hablarle. jearse una reputación de conocedor en el arte-. Ahora, que no es tan útil -añadió, temiendo que le -¿Quieres que te ame? -dijo la Golondrina, que tomaran por un homno se andaba nunca bre poco práctico. con rodeos. Y el JunPor todo lo cual era muy admirada. Y realmente no lo era. -¿Por qué no eres como elPríncipe Feliz? -preguntaba una madre cariñosa a su hijito, que pedía la luna-. El Príncipe Feliz no hubiera pensado nunca en pedir nada a voz en grito. -Me hace dichoso ver que hay en el mundo alguien que es completamente feliz -murmuraba un hombre fracasado, contemplando la estatua maravillosa. -Verdaderamente parece un ángel -decían los niños hospicianos al salir de la catedral, vestidos con sussoberbias capas escarlatas y sus bonitas chaquetas blancas. -¿En qué lo conocéis -replicaba el profesor de matemáticas- si no habéis visto uno nunca? -¡Oh! Los hemos visto en sueños -respondieron los niños. co le hizo un profundo saludo. Entonces la Golondrina revoloteó a su alrededor rozando el agua con sus alas y trazando estelas de plata. Era su manera de hacer la corte. Y así transcurrió todo elverano.

-Es un enamoramiento ridículo -gorjeaban las otras golondrinas-. Ese Junco es un pobretón y tiene realmente demasiada familia. Y en efecto, el río estaba todo cubierto de juncos. Cuando llegó el otoño, todas las golondrinas emprendieron el vuelo. Una vez que se fueron sus amigas, sintióse muy sola y empezó a cansarse de su amante. -No sabe hablar -decía ella-. Y además temo que seainconstante porque coquetea sin cesar con la brisa.

Y realmente, cuantas veces soplaba la brisa, el -¿Para qué sirve una estatua si no resguarda de la Junco multiplicaba sus más graciosas reveren- lluvia? -dijo la Golondrina-. Voy a buscar un buen cias. copete de chimenea. Y se dispuso a volar más lejos. Pero antes de que abriese las alas, cayó una -Veo que es muy casero -murmuraba la Golondri-tercera gota. na-. A mí me gustan los viajes. Por lo tanto, al que me ame, le debe gustar viajar conmigo. La Golondrina miró hacia arriba y vio... ¡Ah, lo que -¿Quieres seguirme? -preguntó por último la Go- vio! londrina al Junco. Pero el Junco movió la cabeza. Estaba demasiado atado a su hogar. Los ojos del Príncipe Feliz estaban arrasados de lágrimas, que corrían sobre sus mejillas de oro. -¡Te hasburlado de mí! -le gritó la Golondrina-. Me marcho a las Pirámides. ¡Adiós! Su faz era tan bella a la luz de la luna, que la Golondrinita sintióse llena de piedad. Y la Golondrina se fue. -¿Quién sois? -dijo. Voló durante todo el día y al caer la noche llegó a la ciudad. -Soy el Príncipe Feliz. -¿Dónde buscaré un abrigo? -se dijo-. Supongo que la ciudad habrá hecho preparativos para recibirme.Entonces divisó la estatua sobre la columnita. -Entonces, ¿por qué lloriqueáis de ese modo? preguntó la Golondrina-. Me habéis empapado casi.

-Cuando estaba yo vivo y tenía un corazón de hombre -repitió la estatua-, no sabía lo que eran -Voy a cobijarme allí -gritó- El sitio es bonito. Hay las lágrimas porque vivía en el Palacio de la Desmucho aire fresco. preocupación, en el que no se permite...
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