El hombre mediocre

Páginas: 24 (5915 palabras) Publicado: 3 de octubre de 2010
LOS VALORES MORALES
La hipocresía es le arte de amordazar la dignidad; ella hace enmudecer los escrúpulos en los hombres incapaces de resistir la tentación del mal. Es falta de virtud para renunciar a este y de coraje para asumir su responsabilidad. Ninguna fe impulsa a los hipócritas; esquivan la responsabilidad de sus acciones son audaces en la traición y tímidos en la lealtad. En su anhelosimulan las aptitudes y cualidades que consideran ventajosas para acrecentar la sombra que proyecta en su escenario. El hipócrita suele aventajarse de su virtud fingida, mucho mas que el verdadero virtuoso. La hipocresía tiene matices. Si el mediocre moral se aviene a vegetar en la penumbra, no cabe baje el escalpelo del psicólogo. El odio es loable si lo comparamos con la hipocresía. La juventudtiene entre sus preciosos atributos la incapacidad de dramatizar largo tiempo las pasiones malignas; el hombre que ha perdido la aptitud de borrar sus odios esta ya viejo, irreparablemente. Sus heridos son tan imborrables como sus canas. Y como estas, puede teñirse el odio: la hipocresía es la tintura de esas canas morales. El hipócrita esta constreñido a guardar las apariencias, con tanto afán comopone el virtuoso en cuidar sus ideales. Así como la pereza es la clave de la rutina y la avidez es móvil del servilismo, la mentira es el prodigioso instrumento de la hipocresía. El que miente es traidor: sus victimas le escuchan suponiendo que buscan la verdad. En el fondo sospecha que el hombre sincero es fuerte e individualista. Faltándole la osadía de practicar el mal, a que esta inclinado,contentase con sugerir que oculta que oculta sus virtudes por modestia; pero jamás consigue usar con desenvoltura el antifaz. El hipócrita entibia toda amistad con sus dobleces: nadie puede confiar en su ambigüedad recalcitrante. Su indiferencia al mal del prójimo puede arrastrarle a complicidad indignas. Indigno de la confianza ajena, el hipócrita vive desconfiado de todos, hasta caer en elsupremo infortunio de la susceptibilidad. Un terror ansioso la acoquina frente a los hombres sinceros, creyendo escuchar en cada palabra un reproche merecido; no hay en ello dignidad, sino remordimiento. En vano pretendería engañarse a si mismo, confundiendo la susceptibilidad con la delicadeza; aquella nace del miedo y esta es hija del orgullo. Las deudas contraídas por vanidad o por vicio obligan afingir y engañar; el que las acumula renuncia a toda dignidad. Hay otras consecuencias del tartufism. El hombre dúctil a la intriga se priva del cariño ingenuo. Suele tener cómplices, pero no tiene amigos; la hipocresía no ata por el corazón, sino por el interés. Los hipócritas forzosamente utilitarios y oportunistas, están siempre dispuestos a traicionar sus principios en homenaje a un beneficioinmediato; eso les veda la amistad con espíritus superiores. Siendo desleal, el hipócrita es también ingrato. Invierte las formulas del reconocimiento: aspira a la divulgación de los favores que hace, sin ser por ello sensible a los que recibe. Multiplica por mil lo que da y divide por un millón lo que acepta. El pudor de los hipócritas es la peluca de su calvicie moral. La mediocridad moral esimpotencia para la virtud cobardía para el vicio. Si hay mentes que parecen maniquíes articulados con rutinas, abundan corazones semejantes a mongolfieras infladas de prejuicios. El hombre honesto puede temer el crimen sin admirar la santidad: es incapaz de iniciativa para entrambos. Las mediocracias de todos los tiempos son enemigas del hombre virtuoso: prefieren al honesto y lo encumbran comoejemplo. Olvida que no hay perfección sin esfuerzo: solo pueden mirar al sol de frente los que osan clavar su pupila sin temer la ceguera. Los corazones menguados no cosechan rosas en su huerto, por temor a las espinas; los virtuosos saben que es necesario exponerse a ellas para recoger las flores mejor perfumadas. La sociedad predica no hagas mal y serás honesto. El talento moral tiene otras...
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