El lema serìa

Su verdadero nombre, creo que no lo supe nunca, lo que sí recuerdo es que su abuela, una aborigen en el más crudo sentido de la palabra, lo llamaba con voz estomacal emitiendo un sonido de este tipo: Micheeeeeeel.
Nunca supimos, con mi hermano, qué diablos decía en eso que sonaba parecido a aquello; lo que sí, es que cada vez que ello se escuchaba, Tatín, tal cual le decíamos en el barrio,salía corriendo velozmente hacia la casa de su abuela, que quedaba casi enfrente de nuestra casa.
Era costumbre juntarnos a jugar a la pelota, a los indios, a los comandos, etc. En definitiva, a lo que pintara en esos momentos en que la imaginación envuelve los recursos prácticos de la realidad para convertirlos en juego.
Vaya a saber por qué cuestiones en esos momentos, era mi condición ser ellíder, ya sea de la patrulla, sheriff del pueblo o presentador del espectáculo definiendo los roles de cada uno de los que integraba nuestra barra
El único que era capaz de enfrentarme era Tatín.
Es más, parecía que el único propósito en su vida era molestarme.
Recuerdo que era rubio y tenía ojos de color verde, pero con un pequeño defecto... la mirada de uno de ellos se perdía hundiéndose levementeen el pómulo izquierdo, su piel cobriza denotaba días arduos y soles tempranos.
Era ágil veloz y de gran fortaleza física a pesar de no sobresalir de la estatura y apariencia media del grupo.
Desde el comienzo supe que iba a ser un polo de conflicto, ya que en las decisiones se entrometía llevando algunos votos para su lado, lo cual resultaba de por sí un desafío a la autoridad que yo en esemomento representaba debiendo utilizar estrategias alternativas para lograr mi cometido, pero a la vez, tornándose cada vez más inestable mi lugar, por los constantes roces que producía.
Íntimamente sabia que físicamente iba a ser imposible tratar de resolverlo sin salir con la nariz sangrando, contusiones varias y tal vez el honor maltrecho delante de mis huestes, cosa que hubiera sido inaceptable,pero la pregunta era: ¿Cómo?, ¿De qué manera?.
Su carácter irascible jugaba a mí favor, ya que entre mis amigos producía un cierto disgusto su prepotencia, en contraposición con mis maquilladas decisiones democráticas. La utilización de infundir miedo al grupo hacía que algunos empezaran a obedecer por temor y no por convicción.
Creo que desde chico tuve certeza de que las relacionesindividuales no se definían uno a uno, sino haciendo lobby, esto es: tratando de torcer hacía determinado caudal particular alguna opinión desfavorable, contraria o indecisa.
Para ello, entre otras cosas, utilizaba argumentaciones no siempre lógicas, citas referenciales que nunca fueron hechas, acuerdos entre personas que nunca se vieron o testimonios de alguien cercano a la figura que trataba deconvencer, ya que la familiaridad produce confianza

El lema era (y es): Si no puedes vencerlos, confúndelos.
Cierto día y luego de evaluar que la situación no podía continuar de esa manera, ya que mi poder disuasivo ante la fuerza física no estaba dando resultados, comencé a elaborar la estrategia.
Podía resultar, pero también podía llevar al combate final, el cual marcaría de por sí una ruptura conrelación al orden establecido, era cara o ceca.
Una variable que tuve siempre en cuenta y que podía jugar a mi favor era la velocidad; para que el plan saliera a la perfección debían darse una serie de condiciones, por lo cual me dispuse a esperar el día y el momento oportuno. Estábamos en casa con mis viejos y mi hermano, hacía poco tiempo que habíamos llegado de la escuela, miré por la ventanacomo lentamente iba el sol cayendo hacia el crepúsculo; era el momento de salir.
El lugar donde se desarrollarían los acontecimientos estaba formado por la casa de Tatín, la calle que nos separaba, la cual en su momento debía estar vacía de autos, mi casa con la puerta del cerco abierta, unos viejos vagones del ferrocarril del que solo quedaban las estructuras y por sobre los cuales éramos...