El Libro De Paulo Coelo
El mercantilismo y la secularización fueron los fenómenos que promovieron un sinfín más de costumbres, todas ellas para sacarnos los cuartos. LaCoca-Cola inventó a Santa Claus, como anuncio de su brebaje; las imprentas inglesas, las tarjetas de felicitación, aquí conocidas como «crismas», y los grandes almacenes, los regalos de Navidad y lasluces en las calles, para que la gente deslumbrada comprara sin sentido. Y, para que piquemos con más facilidad, estas cosas nos las quieren vender como tradiciones populares.
A la vista del éxitode estas iniciativas comerciales, cualquier cosa que se emprenda en estas fechas se vende como una tradición, aunque se acabe de estrenar. Ahí tenemos, como ejemplo, el Olentzero que los nacionalistasvascos han convertido en una especie de Papá Noel con blusón y boina. Y qué me dicen de las estúpidas palmas mecánicas con las que han de acompañar a la inevitable marcha «Radetzky» todos lospapanatas asistentes a los conciertos de estas fechas. O lo mismo de los miles de «caganers» de personajes famosos, que es un reclamo reciente de los «botillers», que son los tenderos que votan a Esquerra...
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