el malestar en la cultura

Ilusorio el considerar la palabra libertad en labios del sujeto, pareciera que la única cabida, lógica, por supuesto, es el papel que la describe, que la usa, que la define, que la vende, que la une, que la relega, en fin, que le da un espacio para justificar su existencia, pero no es más que la imagen que se nos vende de algo que sabemos lo que es, por la descripción que nos da su ausencia. Esla no libertad la que nos impulsa a la lucha donde se desea abolir el sentimiento de coerción, pero la impresión que queda después de la contienda es que tan sólo embonamos la negación de sentirnos cautivos.

Uno de los mejores escenarios en los que el codiciado galardón de los rebeldes, la libertad, se puede ver circunscrita a lo que los demás dicen que es, es la cultura, esa que nos daidentidad y que otorga sensaciones de orgullo, es la misma que sujeta y delimita nuestro actuar; reduciéndolo a un asunto de agrado, de ajuste a los ojos de los otros y de retención de eso que nos hace sentir vivos, la pulsión, la misma que jamás se sacia y nos obliga al movimiento, a la búsqueda.

En el libro, el malestar de la cultura, Sigmund Freud la define de la siguiente manera: porconsiguiente, nos conformaremos con repetir que el término cultura designa la suma de las producciones e instituciones que distancian nuestra vida de la de nuestros antecesores animales y que sirven a dos fines: proteger al hombre contra la naturaleza y regular las relaciones de los hombres entre si. Con ello el autor nos indica que la idea de progreso que constantemente se nos oferta, sólo data de ladistancia que se halla entre el deseo y la posibilidad de ser, a mayor constructo humano, menor satisfacción individual; la voluntad propia se nos hace ajena al ser sometida al poder de todos, de la sociedad, de la comunidad, de eso que no es más que la masa constreñida, donde todos y todas someten su naturaleza, la agresividad innata, a la represión, es el superyo quien tiene el trabajo de regular, porasí decirlo, el hecho de que no todo lo deseado tiene lugar y mucho menos sino atina al gusto de quien observa, convirtiendo dicha cuestión en sentimientos de culpa, dando así, lugar al malestar, pues el que se ate el deseo y se transfigure en lo que otros desean da pie para que el desazón impere y siga en aumento pues la cultura no ha finiquitado su desarrollo y pareciera que sus modificacionesfuesen sinónimo de atadura.

El “puedo” se aniquila y el “si me dejan” toma su lugar. Los otros rigen a través de su influjo, nos definen, la cultura con todos sus constructos así lo facilita y el poder en todas sus manifestaciones lo perpetua; éste que barrena nuestra existencia y embelesa con la fantasía de creer que nos autogobernamos, pero el asunto es más que la simple noción de soberanía,de pensar que consiste en proclamar nuestra independencia de algo que no nos agrada o nos oprime o de creer que presidimos a otros. El poder va más allá, como lo indica Foucault, puede decirse que no se trata de un sólo poder, sino, más bien, de relaciones de poder, de cómo no le pertenece a unos pocos sino que la posibilidad existen en todos y como en el ejercicio de éste se encuentra suexistencia y no en el simple hecho de ser nombrado; se construye y su movilidad se da a medida que entra en contacto con otros poderes y la relación tiene lugar, haciendo de los efectos de dicho encuentro, su motor.

Para una mejor manera de entender el poder cito a Foucault: me parece que por poder hay que comprender, primero, la multiplicidad de las relaciones de fuerza inmanentes y propias deldominio en que se ejercen, y que son constitutivas de su organización; el juego que por medio de luchas u enfrentamientos incesantes las transforma, las refuerza, las invierte; los apoyos que dichas relaciones de fuerza encuentran las unas en las otras, de modo que formen cadena o sistema, o, al contrario, los corrimientos, las contradicciones que aislan a unas de otras; las estrategias, por último,...