El Proceso
Hay una escena con un pintor algo depravado, sobre el cual se le dice al acusado K. que acaso podría serle de utilidad en su propio proceso si intercediera por él ante eljuez supremo. El tipo vive en el último piso de un edificio, en una diminuta y desordenada habitación. Al final de la conversación el pintor le pide a K. que compre uno de sus cuadros, quizá varios. Ysaca de debajo de la cama una y otra vez el mismo paisaje de landa, siempre el mismo. Y luego acompaña a K. hasta la puerta y K. está de nuevo en los temidos corredores del tribunal. “¿De qué seasombra?”, pregunta el pintor. “Son dependencias del tribunal. ¿No sabía que aquí hay dependencias judiciales? Este tipo de dependencias las hay en prácticamente todas las buhardillas, ¿por qué habrían defaltar aquí?”.
¿Entonces se trata de un sueño? Nada más errado que querer mediante esta vaga palabra empezar algo con Kafka. Todo esto es mucho más que un sueño. Es un sueño a plena luz del día conuno despierto.
Algo tan desenfrenado solo se encuentra en las fantasías sexuales infantiles, en las cuales la escuela, la casa, la ciudad y el mundo están subsumidos en una misma idea, donde laspersonas llevan vestidos de vidrio o, ¡un momento!, mejor aún: vestidos con pequeños tragaluces de vidrio, para que uno las pueda ver mejor. El libro no es un desvarío, es completamente razonable, es ensu propia concepción tan razonable como muchos locos son razonables: lógicos, matemáticos en su orden. Falta justamente esa pequeña dosis de irracionalidad que hace posible a las personas cuerdasseguir teniendo un apoyo interno. No hay nada más terrible que un matemático puro del intelecto, nada más siniestro.
Ahora bien, Kafka es un poeta de formato extraordinario, y esta idea básica...
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