El Quehacer Militar, Como Una Actividad Profesional Y Ética
obligaciones está el empeñar su palabra, de modo público; y que además está dispuesto a
profesareste compromiso de acuerdo con los principios, usos, costumbres y prácticas reglamentarias aceptadas disciplinadamente.
Por lo tanto, quien se acerca a un profesional de las armas, intuye conantelación cómo esta
persona va a abordar los problemas relacionados con su área. Militarmente, esto adquiere un
matiz peculiar, porque sus conocimientos y proceder pueden producir muchos beneficiossi
son bien empleados, y grandes males si son mal usados.
De ahí que al militar, además de un adiestramiento acorde con su desempeño, se le pide que
se comprometa a emplear esos conocimientoséticamente bien, desechando aquello que
manifieste una praxis alejada de la ética.
Por otro lado, la comunidad en una relación de reciprocidad debe reconocerle a las fuerzas
militares suderecho inmanente (inherente) de ser los profesionales competentes, en cuanto
brazo armado del Estado de derecho. Porque el ejercicio de legítima defensa va unido de
modo inseparable a la esenciadel Estado. Éste es un derecho fundamental que tiene sus raí-
ces, también, en el derecho natural.
La prohibición de causar la muerte no suprime el derecho de impedir que un injusto agresorcause daño. La legítima defensa es un deber grave para quien es responsable de la vida de
otro o del bien común.
La evolución de la práctica internacional relativa a la legítima defensa acompañala evolución
del derecho internacional. Y la invocación de este derecho inherente de legitima defensa se
precisa cuando, habiendo fracasado todos los otros medios utilizados para rechazar laviolencia, un Estado se ve obligado, en contra de su voluntad, a recurrir a la fuerza. Y ahí es cuando
necesita de los respectivos profesionales, que sepan enfrentar la contingencia respectiva.
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