el semen de dios


I. Naturaleza y factores del trabajo humano


1. Unos poemas para captar… la onda.


1.1. Como pájaros en el aire

Las manos de mi madre
Parecen pájaros en el aire;
historias de cocina, entre sus alas,
heridas de hambre.

Las manos de mi madre
Saben qué ocurre en las mañanas,
cuando amasa la vida, horno de barro,
pan de esperanza.

Las manos de mi madre
Llegan al patio desdetemprano,
todo se vuelve fiesta
cuando ellas vuelan junto a otros pájaros.
Junto a otros pájaros, que aman la vida
Y la construyen con el trabajo.
Arde la leña, harina y barro: lo cotidiano se vuelve mágico,
se vuelve mágico, oh, oh.

Las manos de mi madre
Me representan un cielo abierto;
y un recuerdo añorado,
trapos calientes en los inviernos.

Ellas se brindan cálidas,
nobles,sinceras, limpias de todo;
cómo serán las manos
del que las mueve gracias al odio.
Peteco Carvajal

1.2. La cantera de piedra

Escucha, el ritmo de los martillos, tan conocido,
yo lo proyecto en los hombres, para reconocer la fuerza de cada golpe.
Escucha, una descarga eléctrica corta el río de piedra,
y en mí crece un pensamiento, día tras día:
toda la grandeza del trabajo está dentrodel hombre.



Dura y llagada, la mano variamente se hincha estrechando el martillo,
variamente serpentea en la piedra el pensamiento humano –
cuando el ímpetu humano tú separas de fuerzas de piedra
y cortas en el punto justo – la arteria colmada de sangre.

( … )

No temas. Los actos humanos tienen riberas anchas,
no puedes constreñirlos durante mucho tiempo en un cauce reducido.No temas. A lo largo de los siglos duran los humanos actos
En Aquel a quien mires en el ritmo de estos martillos.

( … )

No sólo las manos bajan con el peso del martillo,
no sólo el tronco del cuerpo se tiende y los músculos diseñan su figura,
sino a través de su trabajo pasan sus pensamientos más intensos
para cruzarse en arrugas en la frente
para juntarse arriba, sobra la cabeza, en elarco agudo de brazos y de venas.

Cuando así, de repente, se vuelve la sección
de un edificio gótico que una plomada atraviesa
naciendo del pensamiento y de los ojos,
él no es sólo un perfil,
no es sólo una figura que se yergue entre la piedra y Dios –
condenada a la grandeza y al error.

Andrzej Jawen´


1.3. Sillas como catedrales

Hemos conocido un honor al trabajo igual al queen la Edad Media gobernaba los brazos y los corazones. Exactamente el mismo, guardado intacto en la intimidad. Hemos conocido el cuidado llevado hasta la perfección, compacto en el conjunto, compacto en el más pequeño detalle. Hemos conocido este culto del trabajo bien hecho perseguido y cultivado hasta el escrúpulo extremo. He visto durante mi infancia ponerle paja a las sillas con el mismoidéntico espíritu, y con el mismo corazón, con los que aquel pueblo había esculpido sus catedrales. (…)

Un tiempo los obreros no eran siervos. Trabajaban. Cultivaban un honor, absoluto, como se le dice a un honor. La pierna de una silla tenía que estar bien hecha. Era natural, era obvio. Era una prioridad, una primacía. No era necesario que estuviera bien hecha por el salario, o en proporción alsalario. No tenía que estar bien hecha por el patrón, ni por los entendedores, ni por los clientes del patrón. Tenía que estar bien hecha en sí, por su misma naturaleza. Una tradición venida, subida de lo más profundo de la raza, una historia, un absoluto, un honor exigían que aquella pierna estuviera bien hecha. Y cada parte de la silla que no se veía era trabajada con la misma perfección de laspartes que se veían. Según el mismo principio de las catedrales. (…)

No se trataba de ser vistos o no ser vistos. Era el trabajo en sí el que tenía estar bien hecho. Un sentimiento increíblemente profundo que hoy definimos como el honor de la competición.

Pero en aquellos tiempos estaba difundido por todos los lugares. No sólo la idea de alcanzar el mejor resultado posible, sino la idea en lo...