El sueño de la libertad. “El Hombre de Traje a Cuadros de Diez Colores que llegó en la Carroza de los Días Patrios”, nouvelle de Carlos Kuraiem, escrita entre 1978 y 1983.
Páginas: 2 (381 palabras)
Publicado: 9 de marzo de 2014
El sueño de la libertad. “El Hombre de Traje a Cuadros de Diez Colores que llegó en la Carroza de los Días Patrios”, nouvelle de Carlos Kuraiem, escrita entre 1978 y 1983.
En algún punto LaCarroza de los Días Patrios, de Kuraiem, se toca con la Antiliteratura. Sobre ella campean las risotadas de Pantagruel. Tiene «la originalidad de darnos un conjunto novelesco organizado según las leyesde la lógica cuando éste está mas allá de las fronteras de la misma…» En algún punto nos trae a la memoria los Sainetes de Vacarezza, con sus personajes estereotipados, francamente increíbles pero loserio anda bajo lo burlesco y el realismo se esconde e insinúa en la inmediatez de todo, en la ausencia de futuro expreso a quien nadie alude, por quien nadie se inquieta sino hacia el final. Laausencia de paisaje remite a uno totalmente conocido: El puerto, las Barrancas, las lomas, el río, la casa ¿negra?... Sin ánimo de establecer comparaciones el texto tiene la crueldad «inocente» de algunaspáginas de Celine y, en su recorrido Poético, difícil de conciliar con la dureza y rusticidad de los diálogos aflora el recuerdo de la prosa atrevida de Marcel Schwob. Es importante destacar que fueescrita hace más de 25 años y que la preocupación «literaria» está ausente en ella; ingenua, malhumorada evocando en lo superficial algunas profundidades mayores que pueden rastrearse sin esfuerzo, selee con facilidad pero, en algún momento se tiene la necesidad de volver a las primeras páginas para intentar una nueva decodificación. No deja de ser una caricatura ese Mirador que genera Locos dedislocado discurso, discursos que se oponen a los claros y contundentes de los macizos «Cuadros del agasajo» prácticos, cínicos, racionales hasta el delirio, exposición de un desvergonzado y pragmáticopoder. De la conjunción de lo poético con lo absurdo brota un vaho acre y malsano, un humor impiadoso y corrosivo y una advertencia no por implícita menos dramática: El Mirador, lugar de locura y...
En algún punto LaCarroza de los Días Patrios, de Kuraiem, se toca con la Antiliteratura. Sobre ella campean las risotadas de Pantagruel. Tiene «la originalidad de darnos un conjunto novelesco organizado según las leyesde la lógica cuando éste está mas allá de las fronteras de la misma…» En algún punto nos trae a la memoria los Sainetes de Vacarezza, con sus personajes estereotipados, francamente increíbles pero loserio anda bajo lo burlesco y el realismo se esconde e insinúa en la inmediatez de todo, en la ausencia de futuro expreso a quien nadie alude, por quien nadie se inquieta sino hacia el final. Laausencia de paisaje remite a uno totalmente conocido: El puerto, las Barrancas, las lomas, el río, la casa ¿negra?... Sin ánimo de establecer comparaciones el texto tiene la crueldad «inocente» de algunaspáginas de Celine y, en su recorrido Poético, difícil de conciliar con la dureza y rusticidad de los diálogos aflora el recuerdo de la prosa atrevida de Marcel Schwob. Es importante destacar que fueescrita hace más de 25 años y que la preocupación «literaria» está ausente en ella; ingenua, malhumorada evocando en lo superficial algunas profundidades mayores que pueden rastrearse sin esfuerzo, selee con facilidad pero, en algún momento se tiene la necesidad de volver a las primeras páginas para intentar una nueva decodificación. No deja de ser una caricatura ese Mirador que genera Locos dedislocado discurso, discursos que se oponen a los claros y contundentes de los macizos «Cuadros del agasajo» prácticos, cínicos, racionales hasta el delirio, exposición de un desvergonzado y pragmáticopoder. De la conjunción de lo poético con lo absurdo brota un vaho acre y malsano, un humor impiadoso y corrosivo y una advertencia no por implícita menos dramática: El Mirador, lugar de locura y...
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