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Paradojas, logros y riesgos tras dos años del proceso de paz

Cara a cara entre jefes guerrilleros y comandantes militares, uno de los capítulos más complejos.

Por: MARISOL GÓMEZ GIRALDO | 4:02 p.m. | 16 de noviembre de 2014 Un encuentro entre los negociadores del Gobierno y de las Farc en La Habana, el pasado septiembre.
Foto: Archivo / EL TIEMPO
Un encuentro entre los negociadores delGobierno y de las Farc en La Habana, el pasado septiembre.
“Es un momento muy difícil.” Estas palabras sobre el proceso de paz son de ‘Pablo Catatumbo’, uno de los hombres fuertes de las Farc en La Habana. Y reflejan el sentimiento de esta guerrilla en la coyuntura en la que llega a sus dos años la negociación con el gobierno de Juan Manuel Santos, que se cumplen el miércoles 19 de noviembre.Fueron pronunciadas durante un encuentro casual en uno de los restaurantes del emblemático Hotel Nacional de La Habana. Segundos antes, ‘Catatumbo’ había ordenado a su escolta bajar la guardia.

El guardaespaldas que custodia en la capital cubana al jefe guerrillero, alto, blanco y con corte de cabello tipo militar, se había puesto delante, como una muralla, para impedir el acceso a‘Catatumbo’. “¿Va ha hablar con el jefe? Soy el escolta”, dijo mientras se atravesaba. (Lea también: El decisivo papel de los garantes).

Estos días han sido complicados para el grupo guerrillero, “por el tema de los indígenas del Cauca, por todo lo que está pasando”, agregó ‘Catatumbo’ en un esfuerzo por no violar la decisión de las Farc de no hablar con la prensa y, al tiempo, por no ser descortés con quienle iba a preguntar. Se había puesto de pie junto a la mesa que compartía con su compañera ‘Camila Cienfuegos’ y otra persona.

Estaba claro que la muerte de dos guardias indígenas en el Cauca, por los disparos de un miliciano en medio de la protesta del pueblo nasa porque los guerrilleros usaron su territorio para poner vallas con mensajes sobre el tercer aniversario de la muerte de ‘AlfonsoCano’, era una contrariedad.

Sobre todo en momentos en que el proceso de paz está en pleno cara a cara con las víctimas y a punto de entrar al que tendrán comandantes militares y jefes guerrilleros para hablar del cese del fuego y la dejación de armas, es decir, cuando la negociación en La Habana está en el punto más importante.

En primer lugar, porque, en el caso de la guerrilla, la actitudante las víctimas será determinante para el tipo de justicia transicional que el país acepte para los máximos jefes de las Farc, más allá del punto de partida de la Corte Penal Internacional, que considera indispensable un mínimo de cárcel. Y en segundo lugar, porque, como dicen los que han hecho parte de negociaciones de paz, el encuentro entre los que hacen la guerra en nombre del Estado y los quela hacen en nombre de una insurgencia ocurre usualmente cuando los procesos entran en un punto de no retorno.

Ni lo uno ni lo otro había ocurrido nunca en al menos 30 años de intentos de paz con las Farc. Y, de hecho, las dos circunstancias se presentan cuando ya el Gobierno y las Farc han logrado acuerdos sobre tres de los seis puntos de la agenda de negociación (el sexto es sobre laimplementación de los acuerdos), concretamente, en distribución de tierras, participación política de sectores hasta ahora marginados y compromiso del grupo guerrillero de poner fin a los cultivos ilícitos y el narcotráfico.

Este es el camino andado en dos años de negociación en La Habana. Y si bien los tiempos no han sido los que el Gobierno se planteó, pues originalmente habló de meses, lo pactadoes, de lejos, lo más importante que se haya logrado con las Farc. Incluso si se considera que esta guerrilla habla de acuerdos parciales.

Porque hay puntos, como el tamaño del latifundio o la participación extranjera en la minería, que el Gobierno no acepta discutir y que las Farc quieren llevar a una asamblea constituyente, junto con lo pactado en la isla cubana. Dicen que acatarían lo que...