El trágico fin de la viejita de la casa de dulces.

El trágico fin de la viejita de la casa de dulces.

Vivía en un rincón de Colombia una pobre viejecita que durante toda su vida trabajó en la educación pública; durante 60 años de labor ahorró paratener una casa campestre hecha de todos los dulces, golosinas y postres que existían: churros, roscones, dulces de guayaba y todos los confites que habían en el mundo hacían parte de su casa.
Unbuen día mientras ella descansaba, después del almuerzo, un par de niños malandrines interrumpieron su siesta.
-¿Quién anda ahí? – pregunto la pobre viejita y como sólo escucho maúllos y ladridos quelos niños hicieron pensó que eran gatos y perros peleando fuera de su casa, por lo que decidió seguir durmiendo.
Pero de repente, estos dos niños dañaron su casa pues se la estaban comiendo ydejándola casi en migajas. La viejita se levantó y atrapó a los dos niños.
– ¿niños, Qué están haciendo?, - ¡que le importa vieja bruja! – le contestaron.
La viejita vio que los niños eran dos pobresmalandrines de clase baja, que muy seguramente no tenían una madre y que su padre no trabajaba pero si tenía dinero para tomar con sus amigotes, por lo que su gran corazón humilde y cariñoso terminó poraceptarlos.
– Niños ¿cómo se llaman? – -Yo soy el Hanssel y ella es mi hermana la Grettel-, respondió el niño.
Después de entrarlos y darles comida, la viejita decidió que Hanssel estaría con losanimales, en las cocheras y establos, para que aprendiera zootecnia, y pudiera ser alguien en la vida; mientras que a Grettel la puso como su ayudante de casa, todo para que aprendiera a hacer algo.Así transcurrieron varios meses y como la viejita tenía un corazón gigante y quería que el par de malandrines crecieran sanos y fuertes, les daba mucho de comer.
Pero la visión de la pobre viejita noera muy buena por lo que siempre para ver si estaban creciendo bien los niños les pedía la mano para tocarlos: – Hanssel dame tu manito para tocar esos deditos fuertes y sanos-, pero el malandrín...