En Nueva York Con Sherwood Anderson Maria Luisa Bombal

Páginas: 8 (2000 palabras) Publicado: 3 de noviembre de 2015
a
Aiio IV No204
Doming0 8 de Marzo de 1992

Encontrarse de pronto con
que una ciudad enca.ja dentro
de su leyenda es, desde luego,
una emocionante sorpresa.
Per0 si Ilega, como Nueva
York, a sobrepasar su leyenda,
con quC infinito bienestar se
mueve uno por ella.
im i\1ueva Uork no nay rascacielos. Quiero decir lo que nosotros entendemos por rascacie10s: un edilicio descomunal e indiscreto comoun grito. Las dimensiones arquitect6nicas de
Nueva York son diferentes de
las nuestras; Nueva York es
una ciudad de proporciones
m6s poderosas y exaltadas, eso
es todo. Manhattan est6 toda
construida a una misma escala,
sin nada que sobresalga, sin
nada que pretenda pujar como
un desafio a la Mgica y alas leyes de la armonia. Estamos
frente a otra 16gica. En Nueva
York no hay rascacielos.
NuevaYork es la ciudad del
silencio. Porque Nueva York,
la ciudad en donde transitan y
se entrechocan todas las razas,
donde se hablan todas las lenguas, la ciudad del movimiento, de las aglomeraciones es
una ciudad., . silenciosa. Los limites de su silencio comienzan
en 10s muelles adonde la aduana canaliza y distribuye el aporte humano de varios vapores a
un tiempo. De entrada, la ciudad impone naturaly autom5ticamente la m6s elegante de las
disciplinas: el silencio. Y tambiCn la ciudad del orden es la
ciudad de la simpatia y el respeto a1 pr6.jimo. Los americanos
parecen haber comprendido
mejor que nadie que la civilizaci6n consiste ante todo en un
pacto y una transaccidn. U n
pacto consigo mismo, con la
parte subversiva de si mismo, y
un pacto y una transaccibn
10s dem6s. All: nadie antep

’Este texto de Maria luisa Born.

bal

-prircticarnente

1

escrito con ocasi6n de
I

cia al Congreso del PLN. Club,
realizado en Nueva York a fines

\

sus ventajas, impulsos o ideas
des
a lo que ha
de bienestar
O coma
general; Y la regla es respetada
encontratanto no se

‘Sherwood Anderson me llam6
a1 hotel una maiiana y me cit6
para esa misma tarde a las 16.
A bordo yo habia prcpparado,
con lainexperiencia de una pedo una m6s eficaz.
riodista de ocasicin, una serie de
:sunaciudad
preguntas pomposas con ]as
se ha perdido el
que me proponia poner al descubierto ‘el espiritu del escritor
se
menti
americano’ 3 ; a saber:
ha ganado en organizacibn y en
a) 2 ~ i e n e ,se+n usted, derepracticismo.
cho cl escritor a aislarse, a perLos puentes --kilomCtricos
manecer ajeno a 10s problernashilos de tela de arafiasuspendi
sociales, a no tomar parteactiva
dos entre riberas diferentes
en la politica?
como dos munc10s--; el Central
b) 2QuC escritores, q u t literaPark donde se lasea entre
tura, quC tendencias han ejerciPedes, estanques, P6Jaros Y
do segfin usted influencia en su
nes, remanso que la ciudad cey-, propia literatura?
ca por toUos sus lados como un
c) cQuC opina usted de labloque; y las idilicas estaciones
AmCrica del Sur, de su cultura,
. .
de recreo; y la moda romkntica
cuSles pueden ser nuestras afimujeres; y el Planeta,
nidades intelectuales ton 10s Esdonde se asiste alas positados Unidos, etcetera?
\ bles
maneras del
Per0 Sherwood Anderson
- .y1diferentes
mundo; y 10s pabellones
vino a abrirme en persona la
exposicidn: -el de la Gepuerta de su casa, un espaciosoneral Motors-, que m6s que
estudio de altos vitrales. Esta
lemostraci6n de fuerza inrecepcidn tan poco solemne no
ial son una expresi6n de
estaba en mis c6lculos. Sin emalegria y de fantasia -todo pabargo, sin inmutarme, me puse
rece concetwio y realizado por
a observar con curiosidad alre,o y sensible que
dedor mio. Sherwood Andertuvo una infancia demasiado
son me advirti6 sonriente: “No
, que sequed6 con ganas
se dC tanto trabajo. ETte estudio
;ar y a1 que de grande la
no es mio. Nos lo ha prestado
vida Le ha brindado, junto con
una amiga mientras estamos
. .
.
.
elementos inalcanzables cuanaqui. Nosotros vivim0.s en el
do era niiio, la ocasi6n de realicampo. En Virginia”. Y sin
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