Enfermedad del cuerpo.
Pero yo la comprendo a ella, más que nadie, es mi más sincero yo. Mi vida cubierta de heridas que las tapo cada día mascullandoque todo marcha bien. Que no hay necesidad de ayuda ante esta situación tan desordenada, ni remedio para curar su mal. Que dicen que son cosas de la edad, maldita sea, nadie lo comprende y eso mehiere. Tan profundamente, que no imagino una vida sin establecer una relación a distancia con el peso y eso que quiero curarme sea como sea. Si existiera la pastilla idónea para abastecer estaenfermedad, no habría tanta depresión y las consultas no estarían repletas de jóvenes tristes, no habría fracasos, ni lesiones, ni tantos intentos de suicidio y las multinacionales ahorrarían en la producciónde las patentes de los antidepresivos. Pero así es la realidad, aunque los seres más cercanos de estas víctimas enfermas como las que estoy describiendo se avergonzarían alguna vez o no reconoceríanla presencia de tal enfermedad. Y eso duele aun más, apenas hay que mirar a tu alrededor y darte cuenta que esto vive día tras día, en vagones de metro, en hospitales, en parques, en institutos. Lo...
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