Ensayo de huasipungo

Huasispungo, de Jorge Icaza

Aldo García Ávila

Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta.Eduardo Galeano

Jorge Icaza, a lo largo de toda su obra literaria, indagó en la temática y estética que serefiere al indigenismo, siendo lo más representativo de su producción la novela Huasipungo (1934). Es necesario mencionar que el fenómeno autobiográfico fue uno de los motores que impulsó a este trabajo artístico, pues el propio Jorge Icaza vivió en un latifundio del que fue expulsado posteriormente, hecho que determinará la precisión descriptiva en la totalidad de las creaciones del autor. Porotro lado, Huasipungo será la respuesta del autor ante la acerba crítica de su drama El dictador (1933), asimismo sentará las bases de lo que fue su último testimonio novelístico: Atrapados (1972), a la que Benito Varela Jacomé se refiere de la siguiente manera:

La dimensión de Atrapados es múltiple. Están atrapados los cholos, la servidumbre de los latifundios, los burócratas de la ciudad, lospolíticos de la oposición, los actores y escritores que buscan el triunfo. Están atrapados, sobre todo, los campesinos vengadores del páramo, los vecinos atemorizados de Parcayaco: “Atrapados por las garras de los propietarios de la tierra.” La misma interrogación del ministro confirma el valor polisémico de la situación del hombre ecuatoriano: “¿Y quién no está atrapado por lo que es y representadentro de un sistema?’’ [...] Veremos cómo toda la intención del innominado agente-narrador de las tres novelas, al proclamar la verdad, al denunciar las situaciones de marginación, de injusticia, fracasan. Pero indudablemente la trilogía queda en el corpus narrativo de Jorge Icaza, como un ejemplo más de literatura de la provocación.[1]

Lo anterior resulta importante porque, para JorgeIcaza, la novela Huasipungo significó el fracaso de una ilusión, a pesar de que le abrió las puertas del éxito, lo cual a su vez constituye una paradoja; no obstante, el autor explica estos sentimientos al referir que la novela no contribuyo a la redención del huasipunguero, ni su protesta tremenda dio conocimiento de la soledad, dolor y desesperanza de dicha estirpe ecuatoriana. De ahí que estamotivación permeara, nuevamente, en el tríptico Atrapados, aunque fracasara una vez más.

La intención del autor de Huasipungo resulta por demás utópica, ya que si su intención era dar cuenta a los propios indios de su condición como una estirpe al yugo de los latifundistas, olvidó que la educación también estaba en manos de estos últimos, así como de la propia esfera gubernamental que, al menos enAmérica Latina, no ha hecho mucho por la alfabetización; sin embargo, estas especulaciones resultan trilladas pues surgen de impresiones muy inmediatas de lo que sucede en el aquí y en el ahora, de ahí la necesidad de hacer un estudio cuyo sustento sea la teoría de la recepción, con la finalidad de detectar y percibir cómo fue que la comunidad lectora del Ecuador de aquellos años acogió la novela ysu impacto ante ésta, pero sí es posible adoptar una postura crítica desde esta época −y quizá desde la segunda mitad del siglo xx a la fecha−, pues impera un motivo en los autores contemporáneos (o relativamente contemporáneos), bajo el cual han vuelto los ojos a las etapas históricas que tienen relación con el problema de la tierra y sus propietarios, o si no, al menos han citado ocasionalmenteo referido intermitentemente dicha problemática. En este ámbito podemos citar a Ignacio Solares (1945), con La invasión (2006); Francisco Martín Moreno (1946), con México negro (1986); Enrique Serna (1959), con El seductor de la patria (1999), por mencionar sólo alguno de los mexicanos, más o menos actuales −y vivos−, que han tocado el problema esencial de Huasipungo: la tierra y sus riquezas,...