Ensayo El Laberinto
Siendo las 5 A.M me dispuse a encender el primer cigarrillo del día, me encontraba sentado en mi auto verde modelo 75 en compañía de mi inseparable compañero Camilo Sánchez Ortega,ya llevábamos 9 años trabajando juntos, nos conocíamos también que no nos hacía falta sino hacer una seña para saber que estaba pensando el otro.
Dos charrasqueadas de mi encendedor a gasolina ydivisamos a lo lejos el objeto de tan larga espera, pues se completaban ya 24 horas de vigilancia, se trataba de Frida Gutenberg una alemana que años atrás había escapado del horrible holocausto del 42,Frida hermosa como siempre con su ímpetu intacto de sus 30 y pico de años, su cabello dorado ensortijado me evocaba a los años en aquel pueblo donde crecí rodeado de de trigales y sus ojos eran comoestar mirando el cielo en primavera , Frida encantadora, elegante y misteriosa. Nos bajamos del auto para ir al encuentro con tan deseable mujer, de repente se interrumpe aquel momento esperado por elllamado insistente de la radio la cual solicitaba nuestra presencia en la calle Brown, sin pronunciar palabra alguna los dos nos subimos al auto rumbo a la casa del doctor Edgar Johnson pues era enesa calle donde él vivía , este sujeto abandono un grupo elite del gobierno designado a hacer el trabajo sucio del país, y allí fue donde se gano su apodo de gran sangre ya que no tenia piedad pornadie sometiendo a sus víctimas a la primera atrocidad que se le viniera a la cabeza pertenecía a la mayor red de contrabandistas de morfina y ya llevábamos mas de seis meses siguiéndole la pista,si nos llamaban era por algo.
Al llegar allí nos informaron que el doctor Johnson se encontraba en el interior del apartamento y que la noche anterior hubo gran movimiento de autos y gente entrandoy saliendo de su garaje y que posiblemente se encontraba acompañado y armado.
Con mucha celeridad y cautela se desplego el operativo, se rodeo la vieja edificación mientras Camilo y yo nos...
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