Eorias-sobre-la-llegada-del-hombre

Iba con mi esposa a la playa de Pichilemu, necesitábamos un pequeño descanso de nuestra rutinaria vida. Partimos en el amanecer, eran 5 horas de viaje pero valía la pena el esfuerzo.
Al cabo de unahora y media hicimos una parada en un pueblo que estaba por el camino, salimos a tomar aire fresco y se nos acababa el combustible, comimos un ligero tentempié en una posada y continuamos nuestroviaje, luego de un rato nos dimos cuenta de que nuestro mapa se nos había quedado en la posada, mi inteligente esposa sugirió de que ella se acordaba del camino y con lo obstinada que era tuve que decirque sí.
Hacia algún par de años, antes de ser casado, ya había viajado hacia Pichilemu, algo recordaba del camino, y presentía que nos estábamos perdiendo cada vez más y más.
La veía preocupada, ydespués de media hora confeso de que se había perdido, luego de detener el auto por algunos minutos, para conversar lo que haríamos, decidimos de que ya estábamos lo suficiente adentrados como paradevolvernos y seguimos con la esperanza de que cerca encontraríamos un pueblo para ubicarnos.
Continuamos la travesía y llegamos a un pueblo, ahí la gente nos dijo de que había dos formas de llegar aPichilemu, la primera era devolvernos, dar una vuelta hacia Marchigüe (lugar que nunca en mi vida había escuchado) según ellos era un viaje de 2 horas solo de ida y la otra era atravesar un túnel en elque llegaríamos en menos de 1 hora, no era una elección difícil, pero el problema era que pocos lugareños se empeñaban en cruzarlo porque según las leyendas locales decían de que este estabaembrujado y muy pocos regresaban de ahí, como con mi mujer no creíamos en los cuentos míticos ni nada por el estilo decidimos ir a por él, luego de despedirnos de los lugareños .
Al cabo de 20 minutospudimos empezar a divisar el túnel, a medida que nos acercábamos, el paisaje se hacia cada vez mas árido. Cuando casi llegábamos a la entrada de este se nos cruzo un gato negro, casi lo atropellamos,...