Esa Raya Azul

Esa raya azul
Por: Luis Gerardo Lugo

Cuando en enero de este año paseaba a mi niña por Plaza Mayor y no pude cargarla ni 10 minutos, se clavó en la mente un ‘no puede ser’ que resultó ser un detonante en mi.
La explosión que derrumbó mi moral fue tan fuerte, pero tan fuerte, que irónicamente también me catapultó a correr un maratón nueve meses después.
Fácilmente llevabainmerso en un sedentarismo por muchos años e inconsciente vivía y me aceptaba con casi 80 kilos y una lucha con las lesiones que rápidamente me atacaban cada vez que me disponía a tener alguna actividad física.
Participar en el pasado Maratón de la ciudad me ha dejado algo más que correr a lo largo de 42 kilómetros y 195 metros por espacio de 4 horas y 30 minutos. El ‘ya no más’ ahora se haconvertido en un ‘puedo hacer más’.
Para muchos es una simple y llana prueba física. Para mi, es una prueba de vida de la que sinceramente no entendí hasta que crucé la meta de la mano de una niña que dentro de su inocencia me ha dicho que algún día hará lo mismo que yo.
No voy a olvidar nunca el 21 de septiembre de 2008 cuando a las 5 de la mañana me desperté para poner el tema deRocky y sentirme capaz de hacer algo fuera de lo común. Estoy convencido que eso lo logré desde el mismo instante que pude romper la barrera mental que se alzaba en ese minuto heroico donde tuve que decidir si pararme a correr o quedarme en la cama para dormir una hora más.
Cuando llegué al lugar del arranque y me emocioné con el disparo de salida, recordé la primera vez que hice ejercicioeste año y que me dejó con las piernas temblorosas luego de subir el Cerro Gordo tras media hora de auténticos jadeos.
El Maratón comenzó muy temprano y todavía en la oscuridad, el ruido que hacen casi dos mil pares de piernas al correr era fantástico. Unos salieron muy rápido, otros nos quedamos atrás quizá temerosos por ser nuestra primera vez.
Sentir el amanecer mientras corres esalgo maravilloso. Varias veces lo viví en el Metropolitano y no hay nada como ver la luna reflejada en el agua mientras pasas por la cortina.
Los primeros kilómetros del maratón los haces con la ilusión cargada por los gritos de los que te conocen. Un ‘¡échale Lugo!’ me hizo sonreír aún sin saber quién me lo había gritado.
Cuando tienes todavía como 35 kilómetros por delante sabes quetienes mucho tiempo para pensar. Es ahí cuando se te vienen a la mente todas esas personas que de alguna forma u otra te han tendido la mano en tu vida. No haces más que ofrecerles tu esfuerzo, ese que aún desconoces hasta dónde te llevará.
La manta que te señala el Kilómetro 10 te pone la primera prueba mental. Entonces escuché a un señor que parecía todo un experto en maratones: ‘No piensenque faltan 32, piensen que ya llevan 10’.
Ahí, y no sé si antes o después se desplomaría un corredor que luego fallecería en el hospital. No me imagino si lo hubiera visto en ese momento. Solo sé que por la hora que sucedió yo estaba cerca de ese lugar.
Varios participantes corrieron en pareja y hasta en grupos de cuatro. La mayoría buscamos a alguien con quien romper la soledad interna ysentir que en las pequeñas pláticas se van a ir los kilómetros.
Siempre buscas algo con qué motivarte. Cuando llegué a la altura del Lux tuve mi primera descarga emocional al escuchar ese ‘Macho Man’ que tanto le gusta a mi pequeña hija. Tomé las cosas con calma y alegría.
Cuando pasé el Kilómetro 15 me di cuenta que con aquellos que venía a la par se habían quedado atrás. En ElCoecillo una señora me dio dos bolsitas de miel que me supieron a gloria pues el ritmo de la carrera comenzaba a sentirse.
Momentos antes de enfilarme hacia el Malecón fue cuando por primera vez me fijé en esa raya de pintura azul que me indicaba hacia dónde ir. La vi diferente a cuando participé en anteriores carreras. Ahora era más retadora, como si me dijera ‘observa, mido una eternidad’....