evolucion

Momento de definiciones
Por: JUAN FERNANDO CRISTO |
6:19 p.m. | 20 de Noviembre del 2013

Juan Fernando Cristo
Nos acercamos al punto de no retorno en el proceso, y ojalá las Farc entiendan que si reconocen a sus víctimas, como lo exige con razón el país, se despejará definitivamente el camino.
El cumplimiento del primer año de negociaciones con las Farc no podría ser más contradictorio.Por un lado, las partes llegan en La Habana a un acuerdo esencial dentro de la agenda, como el de la participación política; y por el otro, en Bogotá, el Gobierno revela un macabro plan de la columna móvil ‘Teófilo Forero’ para atentar contra la vida del ex presidente Uribe y el Fiscal General de la Nación, quienes se encuentran en orillas diametralmente opuestas con relación al proceso.
Resultaindispensable, entonces, que las Farc se pronuncien claramente sobre este episodio, que genera gran preocupación. No tiene ninguna justificación que sus negociadores firmen un acuerdo en el que garanticen a los colombianos que no interferirán con acciones terroristas las elecciones de marzo y mayo próximos, porque si no hay claridad al respecto, el proceso de paz penderá permanentemente de un hilo.Estas revelaciones dejan claro que estamos en el momento de las grandes definiciones. Como nunca antes se había llegado tan lejos con las Farc en acuerdos concretos en puntos esenciales del conflicto, los dos extremos ideológicos del país, que coinciden en que es mejor para sus intereses políticos y económicos prolongar indefinidamente el conflicto, están listos para poner toda clase de carrosbomba al proceso con el fin de dinamitarlo.
Por eso, antes que retroceder a consecuencia de los episodios de los últimos días, debemos acelerar y avanzar. La paz tiene un costo, y será a través del debate democrático como se defina hasta cuánto estamos dispuestos a pagar. Es la primera vez que un gobierno somete a consideración del pueblo los acuerdos con un grupo armado para que se decida si losrespalda o no. Y por primera vez un proceso como el de La Habana genera la oposición radical y hasta rabiosa de un sector político, que todos los días se dedica a cuestionar los avances de las negociaciones.
Son los mismos que piensan que el sistema político colombiano no necesita abrir espacios de participación ni brindar garantías reales a la oposición. Quienes consideran que no se requierenlas circunscripciones especiales como medida de reparación política audaz y novedosa para aquellos habitantes de las zonas en conflicto que durante décadas no han podido expresarse ni contar con representación por causa de la guerra.
No comprenden que si la paz se firma, la política en el país cambiará. Habrá nuevos actores, porque aquellos que no participaban, por temor a los fusiles o a serestigmatizados, podrán hacerlo cuando en Colombia vivamos en un país hoy impensable, en el que se pueda hacer la política sin armas. Nos acercamos, entonces, al punto de no retorno en el proceso, y ojalá las Farc entiendan que si reconocen a sus víctimas, como lo exige con razón el país, se despejará definitivamente el camino.
Y ojalá que también los opositores de hoy reflexionaran sobre laposibilidad que tenemos de lograr la paz. Que ese Pacto por Colombia que propuso recientemente el presidente del BID comience por el tema más importante para los colombianos: la paz y la reconciliación.
Y que los viscerales contradictores que tiene hoy el Presidente desligaran la aspiración reeleccionista de Santos del proceso de paz. Antonio Navarro y Clara López han demostrado que se puede acompañar elanhelo de paz de los colombianos sin apoyar a Santos, si finalmente decide correr por su segundo mandato.
¿Será muy ingenuo aspirar a que Uribe y su candidato hagan lo mismo?
Juan Fernando Cristo
Presidente del Senado







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