Existencialismo

La CONVIVENCIA, un valor a educar.

¿Sabemos convivir? ¿Hay que formar a nuestros niños y jóvenes para fomentar una sana convivencia? Somos una sociedad basada en unas leyes que garantizan laigualdad, la justicia y el respeto para todos. Sin embargo, somos conscientes de que todavía hay mucho camino por recorrer: advertimos unas normas de educación que están bajo mínimos; todavía persisten,incluso se agrandan, las diferencias económicas y sociales; la delincuencia, el terrorismo, el radicalismo ideológico, son males que no conseguimos erradicar; vivimos en una sociedad urbana muy juntos,pero hay mucha soledad y la competitividad nos convierte en seres anónimos, en sujetos estadísticos.

A veces, nuestra tarea parece consistir más en sobre vivir que en con vivir. La respuesta a lapregunta con la que abriríamos esta reflexión es clara: sí, se hace necesario educar para convivir. ¿Qué podemos hacer? Los padres y madres, como principales educadores de nuestros hijos, podemos crearun clima que favorezca una sana convivencia. ¿Pero cómo?

Hemos de enseñar a los niños a acostumbrarse a hacer las cosas bien, no por destacar, ni por ganar, ni por ser el primero, sino por servir,por ser útiles a los demás. Si conseguimos que distingan la raya que separa la justa competencia de la competitividad, estaremos enseñando a convivir.

Podemos, y debemos, evitar las comparacionesentre hermanos o con el entorno. Si les aceptamos tal y como son, y a cada uno le pedimos lo mejor de sí mismo, haremos que los demás sean vistos como compañeros de viaje, no como rivales a batir.El respeto es un valor crucial en el desarrollo de la convivencia. Es una actitud que lleva a reconocer los derechos, la dignidad y el decoro de una persona o cosa y abstenerse de ofenderlos.Respetamos a los demás cuanto colocamos a la persona como un valor supremo: de esta manera nada justifica una agresión, una humillación, una falta, a cualquier persona. Y no solamente reconocemos a las...