eyenda-jesus-y-patri

CAPÍTULO I
Era una noche fría, tranquila, parecía que la luz nunca había existido. Las calles estaban solitarias, tan solo se escuchaba la lluvia cayendo y esas voces, las de ellos.
Aquel majestuoso y florecido jardín, como una manta de flores, se extendía hasta el límite de los ojos de cualquier persona. Aquellos árbolesparecían estar vivos, escuchando aquella misteriosa conversación. Las paredes de aquel ostentoso lugar eran de origen musulmán, de siglos de antigüedad, siglos escuchando y siendo testigos de historias que a nadie pudieron contar, y esa noche volverían a vivir otra historia,de la cual nadie hubiera querido ser parte.
Entorno a aquel patio se extendía un pequeño y limpio lago donde se reflejaba el cielo. A sus lados crecían árboles y plantas que se alimentaban de las lluvias de esa noche de primavera, también todo estaba rodeado de velas que iluminaban discretamente ese lugar. En un lado de aquel patio se encontraban ellos.
Ella era preciosa, con caracelestial haciendo referencia a su nombre, su rostro era bello como el mar calmado y transparente. Todos los hombres de aquella época hubiesen sido capaces de matar por conseguir su corazón. Pero solo el acompañante de esa noche lo había conseguido. Su traje era bordado en oro, tenía grandes y caras joyas como si de una princesa se tratase. Sus riquezas habían hecho que ya no pudiera creer en elamor, pero con el era todo diferente, o al menos eso creía ella.
Bajo sus ojos el era distinto a todos los demás, ella pensaba que la quería a ella y no sus riquezas.
Celeste, sabes que te amo, que en mi corazón solo hay hueco para una persona, y esa persona eres tu . Eres el sol de mi vida, indispensable para mi y por ti cualquier cosayo haría. Pero compréndeme, no quiero más palacios, más joyas, más dinero, te quiero a ti, y quiero estar el resto de mi vida a tu lado amándote, pero para ello necesito que me demuestres que me quieres, con un regalo muy grande, un regalo que no se consigue con dinero, un regalo único, un regalo tuyo y de nadie más.
Dime como puedo conseguirlo, si fuese por mi te daría todo lo que de mipudiera.
Solo tú sabes que regalo darme, si de verdad me quieres mira más allá.







CAPÍTULO II
Lorenzo, que así se llamaba él, era un caballero muy apuesto, alto, de cabello corto y muy superficial, capaz de hacer cualquier cosa por dinero, incluso matar. Esa misma noche no podía dormir, solamente pensaba en que regalarle a Celeste,que regalo podía hacerle sin necesidad de dinero. No podía hacerle un regalo de amor, porque no la amaba, ¿cómo le demostraría cariño sino se lo tenía?
La mañana siguiente, paseando por las estrechas calles del barrio de Santa Cruz, calles sombrías con corrientes de aire fresco, aire fresco apetecible, calles llenas de casas encaladas, señoriales, palacios familiares y humildes patiosrepletos de flores; se encontró con su queridísimo amigo Jacinto.

Jacinto era un joven aventurero, alguien de confianza, alguien fiel, que a pesar de su mala fama y su aspecto físico, era una persona muy humilde y muy cercana a sus más seres queridos.







Hola Lorenzo, ¿como le va todo con su preciosa dama?
Saludos amigo mío. Sinceramente estoy mu apurado, Celeste me ha pedidoque le hago un regalo, un regalo especial, que no pueda comprar el dinero.
Te entiendo, ¿por qué no le haces algo tú?
¿Algo cómo que?
Algo como flores.
¿Flores? No, debe de ser algo diferente, algo poco común.

Como un rayo de luz, tuvo una idea: plantaría en un patio de la bella y gloriosa catedral hermosos naranjos en flor y recubriría toda la ciudad con preciosos azahares....