Fantasmas de la sociedad contemporanea capítulo xiii

Páginas: 5 (1224 palabras) Publicado: 15 de noviembre de 2010
Una encíclica sorprendente
El documento más importante del pontificado de Juan Pablo II es su encíclica más reciente, la Veritatis Splendor, pues constituye la quintaescencia o resumen de sus declaraciones sobre el orden moral.
Las ambigüedades derivan del traslado o deslizamiento de los conceptos morales a lo largo de cuatro líneas fundamentales:
1. Del objetivismo al subjetivismo moral.
2.De la obligación de la norma, a la libertad frente a ella.
3. De la heteronimia a la autonomía.
4. Del deber de los principios al cálculo de las consecuencias.
EL segundo aspecto de la encíclica llama aun más la atención. Juan Pablo II, manifestando un conocimiento poco común sobre el pensamiento contemporáneo, utiliza su mismo lenguaje y maneja pensamiento contemporáneo, utiliza su mismolenguaje y maneja los mismos conceptos para realizar un contrabalancee de esta situación: ante el subjetivismo, afirma la objetividad; ante la actuación puramente libre, enfatiza la obligación; ante la autonomía, la heteronimia; ante los consciencialismos, la moral deontológica.
Objetivismo o subjetivismo.
En primer lugar, con ella se interpela al subjetivismo, afirmando que hay normas queobligan a todos y cada uno.
El subjetivismo en moral se entiende sobradamente, porque una buena parte de nuestro pensamiento ético se encuentra por desventura entintado de subjetividad. Podría decirse que no admite leyes morales objetivas que sean un valido criterio de acción.
En un contexto del todo diferente Octavio Paz nos ha hecho ver que el relativismo o subjetivismo moral lleva altotalitarismo ideológico. Lo que quiere evitar el subjetivista es que haya una ley moral válida para todos porque en tal caso el sujeto individual tendría que someterse a ella. En un sometimiento totalitario, que atentaría contra su dignidad.
El subjetivismo no rige ni en las ciencias ni en las arte. Todos los científicos de un determinado ramo del saber del hombre deben admitir ciertas verdadesfundamentales, so pena de no entenderse con los demás: el subjetivismo no prospera en la aritmética. Incluso artistas de un genero –límite máximo de la subjetividad- deben someterse a disciplinas universales sobre el uso de clores, el manejo de cincel, o el pentagrama.
Algo semejante acontece en esa forma moral en la que el subjetivista desemboca sin quererlo: el permisivismo. Si todo debiera estarpermitido, habría de permitirse prohibir. Luego no todo debería estar permitido porque algo podría prohibirse.
El subjetivismo mora, bien mirado, abre la caja de Pandora de los privilegios. Lo que parecería duro e intransigente, aparece ahora como una benevolente defensa de los derechos humanos de todos: “ante las normas morales que prohíben el mal intrínseco no hay privilegios ni excepciones paranadie. No hay ninguna diferencia entre ser el dueño del mundo o el último de los miserables de la tierra: ante las exigencias morales todos somos absolutamente iguales”.
Obligación o libertad y amor.
De parecida manera a como aborda la encíclica esta dualidad del polo subjetivo y objetivo de la ética, accede también de manera implícita a las otras tres dualidades enumeradas. Trataremos ahora dela que nos ofrece la obligación como deber o la libertad como amor.
Ante esta dualidad, que posee un patente carácter contemporáneo, el Papa afirma que las normas morales no deben ser consideradas como un límite mínimo, sino como una senda abierta para llegar a la plenitud del ser humano; esto es, algo que el hombre apetece irrefrenablemente, porque brota de un corazón que ama, y que por amorestá dispuesto a vivir las exigencias que el logro de esta plenitud conlleva. Por esto, para Juan Pablo II, la obligación, constituye una primera etapa de la libertad. Necesaria para que el hombre llegue a su fin. El fin mismo debe entenderse también como plenitud, no como simple termino, no como defecto.
La cuestión fundamental de la ética no es la de la obligación, sino la del amor. Para un...
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