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¿qué haces? – le preguntó Jessica sonrojándose, mientras el muchacho laabrazaba con fuerza.
Escucho tu corazón – susurró Juan David, cerrando sus ojos – ¡nunca había escuchado un corazón latiendo tan rápido!
Debe ser que está contento – dijo Jessica, sintiéndose extraña,mientras el muchacho la abrazaba.
¿y por qué crees que está contento? – le preguntó el muchacho sonriendo, sin temor de ser visto por algún profesor que lo castigara por no ir a tiempo a la formación.Porque lo hace gracias a ti, Juan – le respondió la muchacha, suspirando y derramando una lágrima que viajó por toda su sonrojado cachete, hasta caer al buso del hombro del otro – porque sabe quenuestra amistad puede perdurar siempre… porque sabe que encontró su otra parte y gracias a eso respira el grandioso valor de la verdadera amistad.
El muchacho encontró calidez en las palabras de suquerida amiga, como si éstas lograran consumar como el ardiente fuego todo mal recuerdo vivido en su joven existencia. De repente, Jessica lo soltó lentamente con su rostro bañado en lágrimas,confundiendo por completo al muchacho, pues creía que por su apariencia la había lastimado.
¿por qué lloras, acaso dije algo malo, Jessica? – le preguntó el muchacho demasiado preocupado mientras ella no lodejaba de observar.
¡lo malo es que ya es verano, son vacaciones y no quiero que me olvides… porque somos amigos! – exclamó la muchacha demasiado molesta, tomando la carpeta de plástico que Juan...
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