Felicidad

Después de leer detenidamente las diversas aportaciones vertidas en el ensayo que ahora se estudia, me parece que Lisón Buendía expone dos vertientes para ser felíz, una, sólo en función de la comunidad y otra que descansa en función de la individualidad, dando a la primera una notoria preferencia. Así, afirma la existencia de “una corriente de filosofía moral y política que, frente y contra elexceso de individualismo imperante, subraya la importancia que realmente tiene la comunidad y nuestro sentimiento de pertenencia a ella para el logro de una vida moral y política racional y razonable.”[1]

Con frase lapidaria comienza Lisón Buendía su ensayo, “NUESTRA cultura pública no es una cultura de la felicidad […] No descubrimos en nuestras prácticas sociales una consciente ymanifiesta búsqueda de la felicidad[2] afirma, dando un peso enorme a la sociedad, adjudicándole la ausencia de la felicidad como valor cultural. Imputándole más aún la responsabilidad al grupo ya políticamente organizado, en la manera que ve al gobierno cuando afirma que “los gobiernos parecen más preocupados por el crecimiento del PIB que por la felicidad de sus ciudadanos; por eso, sus políticasestán básicamente orientadas a la instrumentalización de las personas para el logro de tal crecimiento y al logro de objetivos técnicos y productivos.”[3]
Reconocer que el grupo por omisión genera la ausencia de la felicidad, es como aceptar que el hombre sólo es feliz si la sociedad, por concesión graciosa se lo entrega.
En esta tesitura, creo que en parte del texto refiere al hombrecomo un sujeto feliz si y solo si el grupo social se lo permite.
Dejar el peso de la edificación de la felicidad en manos de la sociedad es arriesgarse a que la edifique aún contra la naturaleza del hombre. Es correr el riesgo de que cada pueblo, a su entender, la conforme, dejando latente la relatividad que complica el respeto en los pueblos, pues, como bien advierte el autor, “ni hoy existeun pensamiento compartido acerca de qué sea la felicidad”.[4]
En este punto, difiero del autor. Considero que la felicidad es una conquista interna respecto de la cual, la sociedad ni la quita, ni la genera. Para lograrla, es preciso el trabajo interno. Es el resultado de saberse equilibrado. Sin apegos.
De esta manera, de optar entre la individualidad y la vida en comunidad comoelemento sine qua non para la existencia de la felicidad, definitivamente me inclino por la primera.
Creo infinitamente en la capacidad del hombre para ser feliz con el grupo, sin el y a pesar del mismo. En cambio, a pesar de que viva en sociedad por saberse incompleto e incapaz de colmar todas sus necesidades, ni aún encontrando satisfacción gracias a ésta tiene garantizada la conquista dela felicidad.
Estoy convencida de que puede existir un solitario feliz o un integrante de comunidad lleno de felicidad, así como puede haber alguien profundamente infeliz viviendo en sociedad o en solitario.
Afirmo que la sociedad, para ser un estímulo de la felicidad, necesita de nuestra respuesta. De esta manera, no solo no es garantía de aquella, sino que hasta como incitación dela misma necesita de la reacción del individuo.
Mi conclusión en este punto, es que el hombre, para ser feliz, no necesita vivir con otros, sino buscarla en sí mismo hasta encontrarla.

Como condición de la felicidad refiere a los seres queridos cuando señala “pienso que la experiencia más generalizada atestigua que nos sentimos felices cuando vemos que quienes conviven con nosotroscomparten nuestras alegrías y tristezas y cuando nosotros compartimos y sentimos casi como propias las vicisitudes de sus vidas.[5]”
Al respecto, coincido en que estar rodeados de los seres amados estimula momentos de profunda felicidad, pero no creo que sea por ellos en sí en sí mismos, sino por lo que en nosotros se genera. Cada cual es responsable y dueño de la respuesta que da a un...