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FILOSOFIA, SUBJETIVIDAD Y CRISIS EN EDUCACIÓN
Si la crisis de la educación, puede ser leída hoy, desde Freud, como una manifestación del
malestar en la cultura y desde Cullen como el ecráser de las instituciones, habría que abandonar
los viejos intentos metafísicos, que sin cesar han rondado la cuestión del sujeto. Pondríamos la
cuestión de la conciencia como trascendental-fundante del Sí mismo yde su aparato categorial
(Kant), como autorreferencial (Descartes), como intencional (Husserl), todavía hoy, por no resuelto
en el eje de intentos variados por explicar a este sujeto, a esta relación sujeto-instituciones,
relación sin la que el peligro metafísico acecha, pero también entra por la ventana de teorías de la
sociedad no faltas de mérito que terminan en una metabiología, sin darsecuenta que les hubiese
bastado con reconocer la fundamentalidad del lenguaje, causa–efecto , efecto–causa, en la
dialéctica del sujeto-institución.
Si esta problemática es, como creo, fundacional en la teoría educativa que aún hoy estamos
construyendo, para que otros, esos fantasmas de los no-nacidos, que algún día serán las
generaciones actuantes tengan a su vez que repensar, en nuevos sentidos, lared simbólica de la
educación y de lo social-sujetivo, pero en un mundo que dada la aceleración histórica de que da
muestras la razón comunicativa, pero también la instrumental, sólo podemos visitar en nuestros
propios espectros. Acá estamos con esos cráneos que nos hablan desde el pasado y de los
cuales somos responsables, de esos que se han generado unos a otros, dando fe de la pasión con
quelos filósofos pensaron la cuestión del sujeto, desde sus propias subjetivaciones y desde el
lugar en que les tocó ocupar una plaza en lo simbólico-histórico.
“Ahora, sobre una inmensa terraza de Elsinore, que va de Basilea a Colonia, que llega hasta las
arenas de Nieuport, hasta las marismas del Somme, las calizas de Champaña, los granitos de
Alsacia – el Hamlet europeo observa millares deespectros. No obstante, es un Hamlet intelectual.
Medita sobre la vida y la muerte de las verdades. Sus fantasmas son los objetos de nuestras
controversias; sus remordimientos, los títulos de nuestra gloria (…)
Si toma una calavera en sus manos, es una calavera ilustre. ¿Whose was it? Éste fue Leonardo.
(…) Y este otro cráneo es el de Leibniz, que soñó con la paz universal. Y aquél fue Kant qui genuitHegel qui genuit Marx qui genuit… Hamlet no sabe muy bien qué hacer con estos cráneos. Pero
¡si los abandona!… ¿acaso no dejará de ser él mismo?”.1
¿Hemos avanzado hoy en las filosofías del sujeto? ¿Es lícito que reconstruyamos la filosofía, la resignifiquemos, desde los aportes del Psicoanálisis, desde las Teorías de la Sociedad, desde las
Teorías de la Instituciones y otras desde la más acuciantenecesidad que nos empuja a pensar
para transformar, o que otros lo hagan, este mundo irracional (muerte del gran relato de la Razón

1

Paul Válery, citado por Derridá “Espectros de Marx” – El Estado de la Deuda, el Trabajo del Duelo y la Nueva
Internacional”. Editorial Trotta, Madrid, 1995 – Pág. 19

1

Ilustrada) creador de terribles exclusiones, en el que los lugares posibles no siempre son loque
todo ser humano está en derecho de exigir. Por el contrario, como una bestia feroz e indomeñable,
el lugar, de la sin-razón acecha a esos que todavía no están y de los cuales un número aterrador,
millones en el mundo, ocuparán naturalmente el lugar de la delincuencia, de la locura, de la
ignorancia, de la drogadicción, de la no realización humana entre humanos. ¿Cómo, entonces, no
preguntarsehoy, quienes somos, qué sentidos nos atraviesan, y qué nuevos sentidos podemos
crear en las instituciones sociales, entre ellas las educativas?.
La pregunta ¿Cuál es el futuro de la Educación? Es equivalente a ¿Cuál es el futuro de la
humanidad?, es posible que no tengan jamás una respuesta definitiva desde un tiempo
determinado, pero sin dudas, la atracción del fin del milenio nos atrapó en el...