Filosofia latinoamericana
Los matices en las posiciones en torno a la historia de las ideas, la filosofía latinoamericana y sus relaciones que surgen de los respectivos esfuerzos de reflexión metahistoriográfica y metafilosófica de quienes sin lugar a dudas son, conjuntamente con Leopoldo Zea, las figuras más significativas de este paradigma de la filosofía latinoamericana, revistensingular interés para quien aspire a articular desde el mismo el ejercicio de sus propias responsabilidades intelectuales y humanas. Ese es el interés actual que motiva las líneas que siguen, que dadas las limitaciones de espacio focalizará las consideraciones de los autores sobre la filosofía latinoamericana y sólo subsidiariamente sobre la historia de las ideas en América Latina, buscandodestacar las convergencias sin escamotear los señalados matices.
¿Qué es la filosofía latinoamericana?
Tanto Ardao como Roig proceden a identificar y justificar la pertinencia de la filosofía latinoamericana por la referencia central al sujeto de dicha filosofía.
Ardao se hace cargo de las orientaciones que han tendido a caracterizar a la filosofía latinoamericana por su objeto en cuantofilosofía de lo latinoamericano, así como de aquellas otras que han puesto el acento en su sujeto en tanto filosofía del latinoamericano (Ardao 1987: 74). Reformulando orientaciones de su propio pensamiento en torno a la cuestión anteriormente formulada como filosofía americana y filosofía de lo americano (Ardao 1963: 73-78), en un esfuerzo especialmente orientado a una aclaración terminológica decarácter semántico, sostiene que "la condición de latinoamericana de la filosofía latinoamericana, no resulta de una temática específica a la que necesariamente se circunscriba, o deba circunscribirse. Resulta de la condición latinoamericana de los sujetos que la cultivan, en tanto integrantes de una comunidad histórica con su característica tradición de cultura y su consiguiente tonalidadespiritual" (Ardao 1987: 87-88).
Roig por su parte confronta con posiciones filosóficas dominantes modernas (Roig 1981) y post-modernas (Roig 1993: 105-129 y 1998) en las que se pasa de la afirmación de un sujeto empírico ilegítimamente trascendentalizado como sujeto único y universal, a su aparente negación bajo la forma de su fragmentación en los nuevos sujetos emergentes, los cuales en realidad altornarse visibles e imponer apariencialmente el relativismo, invisiblizan e imponen no intencionalmente el absolutismo totalizante de un sujeto inmanente que puede pretender inocencia en su universalización fragmentante y excluyente, porque parece haber dejado de ser sujeto para transformarse en sistema. En el marco del segundo contexto de confrontación, pero en una fórmula igualmente válida...
Regístrate para leer el documento completo.