Filosofia






Mircea Eliade
El mito del eterno retorno arquetipos y repetición






11 de setiembre del 2013
El objeto es especial por voluntad “divina”, es lo que el hombre no puede ser por lo que su esencia se “diviniza”. En cuanto a los actos consagrados por los dioses, no dependen del automatismo sino que el ser humano los ve como rituales proclamados por sus dioses, llevados a unarenovación y repetición de los mismos por ser “consagrados en el origen” (un círculo vicioso), se pretende llegar siempre al inicio de todo.
El acto en sí, no adquiere sentido, no se acepta en la realidad sino hasta renovar e imitar la acción primordial (el origen), son rituales planteados por y para los dioses, simbolismos de una repetición de acontecimientos o acciones de tipo “divino”.
Todotiene un arquetipo celeste, cada cosa, cada noción, tiene un doble aspecto, todo fenómeno terrestre concreto corresponde a un término celestial, una idea platónica, definido por lo trascendental; todo lo sucedido en la tierra (getik) posee un ser anterior en el menok, esto puede ser ejemplificado con la práctica egipcia, al empezar por conocer los “campos celestes” y luego identificarlos en lageografía terrestre, todo está moldeado a un prototipo celestial. Con ello, toda arquitectura terrestre (ciudades, templos, territorios) es precedida por una celeste, hallada en una “región” de la eternidad.
Todo lo terrenal ya está definido en un primer “plano”, en un nivel cósmico, una forma superior, en un modelo trascendental. El mundo en el cual siente el hombre, y se vive la presencia y actosdel mismo, es precedido por un arquetipo ancestral, cósmico, puro y simple, superior. Sin embargo, hay zonas diferenciadas, territorios desconocidos, lugares desérticos, regiones salvajes las cuales gozan de un modelo mítico asimiladas al caos, por lo que al tomar posesión de dichas regiones, se realizan ritos e imitaciones simbólicas de la creación, con el fin de adquirir su arquetipo celeste,su plano celestial.
Es importante recalcar el papel que jugaba el “Centro arquitectónico” en cuanto al significado simbólico que se le implicaba, el cual era adoptado como una montaña sagrada, donde se reúnen el Cielo y la Tierra hallándose en el centro del mundo, por lo que todo templo o palacio era considerado una “montaña sagrada” adoptando de esa forma el papel del “Centro”, considerándose unpunto de encuentro entre el cielo, la tierra y el infierno. El destacar el “centro” es otra manera de imitación y reiteración de los hechos, del origen, como bien lo cita el autor en la lectura 1“El Santísimo creó el mundo como un embrión. Así como el embrión crece a partir del ombligo, así Dios empezó a crear el mundo por el ombligo y de ahí se difunde a en todas direcciones”, ejemplifica elintento de la humanidad por volver al punto de inicio, por recrear ese ansiado origen divinizado.
El “centro” es la región sagrada por excelencia, marca la realidad absoluta y verdadera, y el camino hacia él es arduo, sembrado de peligros al ser un rito del paso de lo profano a lo sagrado, de la muerte a la vida, de lo humano a lo divino, es una equivalencia a un inicio, a una nueva existenciareal y eterna.
Cayendo de alguna manera en la redundancia, se resalta el hecho de todo ritual con un modelo divino, un arquetipo, esto lo ejemplifica el autor con el principio hindú 2“Debemos hacer lo que los dioses hicieron al principio”, acción que recae otra vez en la imitación de un origen de hecho ya ocurrido, siendo estos rituales considerados fundados por los dioses, héroes, o antepasadosmíticos. Encontrando esta tradición de repetición, desde los pueblos más “primitivos” hasta las culturas más “evolucionadas”.
Recayendo en la realidad del objeto o del acto, no se contempla en una teoría real más que en la medida en que repite o imita un arquetipo ya propuesto, la realidad se adquiere exclusiva y únicamente por repetición o participación de determinado evento (origen, creación,...