Francoise doto

La sociedad y la escuela: su rol patógeno o profiláctico

Se trata de que los jóvenes dejen de ser esclavos de programas impersonales impuestos y artificialmente paralelos: determinado el nivel para el calculo, correspondiente a determinado nivel para la gramática.
¿En cuantas clase s si los niños estuvieran permitidos a salir a la voluntad, permanecerían sentados una hora escuchando osimulando hacerlo? Ahí es donde esta falseando el sentido de la verdad del sujeto en sociedad donde las formidables energías que un niño puede desarrollar para su cultura y su instrucción, si sus motivaciones lo impulsan, son sofocadas de hecho, en nombre del bien de los demás, para ser dirigidos en forma teórica, sin que nada alimente las fuentes de sus motivaciones, ni la originalidad del sujeto en labúsqueda de su satisfacción.
¿Por qué la escuela no es para todos los niños el lugar agradable, el refugio, donde hallar el descanso de las tensiones familiares, la confianza en si mismo, un medio social viviente, una ocupación atractiva? Cada uno de los responsables de la administración escolar, deberían estar al servicio de cada niño, y cada niño debería de sentirlo así, si se quiere que ocupecon libertad el correcto lugar creador en la sociedad, de acuerdo con sus capacidades.
Pero la disciplina escolar sólo puede provenir de cada niño y del sólo hecho de que éste focaliza bien sus deseos sobre aquello para cuyo aprendizaje se esfuerza, y no en otro caso. Toda disciplina por la disciplina en sí, es absurda; en cuanto a la de los demás instaura una pasividad estéril como categoríade valor. No hay más que ver como un niño puede atreverse y jugar sólo a cualquier cosa que lo atraiga, en medio del mayor desorden y del ruido más intenso, para darse cuente de que esos “otros” que están para se r protegidos, pueden con provecho ser enseñados a abstraerse en la escuela del mismo modo que en sus juegos.
Los instintos sanamente humanos de los jóvenes, desprendidos por sí mismos dela obediencia parental superada y desviados del entusiasmo de acceder a la cultura, no pueden más que comprometerlos en un gregarismo pulsional fuera de los diversos sectores.
Nuestra práctica nos invita a comprobar, día a día los efectos neurotizantes de la vida escolar en niños que han tenido una estructuración personal familiar sana y un Edipo vivido en forma normal. Lo cimientos de su vidasimbólica son sólidos, pero su creatividad de muchachos o de niñas llegado al estadio de la vida social no encuentra cómo ser utilizada a lo que se agregan los desórdenes secundarios provocados por la escuela, que los llevan a la consulta con el psicoanalista; desórdenes a veces graves, a causa de la angustia reaccional de los progenitores.
Es muy importante reconocer lo trascendental que es elpoder de emocional de la vida en grupo en el medio cultural, cuando el grupo responde, en efecto, al deseo de creatividad y de fecundidad simbólica en los intercambios inter-humanos de que un niño es capaza a partir de los siete años cuando la estructuración de su personalidad está concluida en el medio parental.
El interés, compartido con padres y maestros, por una disciplina cultural y elentusiasmo en común por las letras, las matemáticas, las ciencias, no tiene lugar en horarios demenciales, se les propone a todos ese conformismo de loro eficiente medio perverso de promoción social.
¿Qué podríamos hacer a partir de la edad en que se conquista la posibilidad de acceso a la cultura? (variable para cada uno, pero nunca antes de los siete años), para abrir camino a la expresiónauténtica de los deseos infantiles desde la frecuentación escolar; permitirles adquirir consciencia de su valor personal, inseparable del valor de pertenencia a todo un grupo; para permitirles expresarse, intercambiar sus deseos con semejantes, sus proyectos de aprendizaje; expresar sus juicios sobre sus escuela, sus maestros, vecinos, padres y hacerse autónomos en el acceso a la instrucción de...