Frases hechas
Era un domingo como muchos. Salí con mi familia a comer, de regreso a casa a pegarse la siesta respectiva post-jama, ver el deporte rey por la señal nacional deGamavisión, el canal de las estrellas, y por la tarde partir al Monumental del Salado a apoyar al ídolo del Astillero en algún encuentro del Campeonato Nacional.
Siempre, para ir al estadio, mi papá y yonos íbamos una hora antes del partido a casa de mis primos, los Peña (primos apañados por si acaso), quienes son los administradores de las entradas hasta el día de hoy. Nos reuníamos un aproximado de10 o 12 personas entre primos y tíos, y faltando media hora para el partido nos embarcábamos en un camioneta Chevrolet Silverado cabina y media que era ideal para el propósito... pero aquél día no fueasí.
A mi papá lo invitaron otros tíos que tenían una suite en el lado nuevo del estadio (la suite a la que normalmente íbamos era en el lado viejo), así que fuimos con ellos esta vez.
Esedía mi vestimenta era farandulísima, no recuerdo por qué, pero en esa época daba asco, era bien guapetón. Recuerdo que fui con una camisa Guess de rayas verdes y blancas, una gorra de Pearl Jam reciéncompradita, jean negro, cinturón negro Perry Ellis y zapatos Adidas blancos con vivos azules... nuevitos los desgraciados... más el Bulova de oro (que ya muchos de uds. conocen debido a cierta anécdotaocurrida en cierto yacht club, pero esa es otra historia) y una cadena de oro de mi primera comunión.
Ya en el estadio yo estaba muy aburrido en esa suite pues no había gente de mi edad con...
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