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LEY DE LAS MANOS

Hace tiempo ya que en el fútbol, seguramente desde los tiempos donde el balón era el ‘cuero’, la camiseta la ‘zamarra’ y el portero el ‘guardameta’, sobrevuela un polémicofantasma que afecta más a unos que a otros y es la causa de la mayor parte de las conversaciones en los bares los lunes por la mañana. Este fantasma no es otro que el de los ‘robos’ arbitrales, últimamenteresumido en una palabra: villarato. Hay que aclarar que esto es excesivamente utilizado en los duelos Madrid- Barcelona, a pesar de que se ha convertido en una broma exagerada en cada fallo de losárbitros.

Más allá de este tema, que no es el que quiero tratar, existe un grave problema con los árbitros que tiene su mayor expresión en España. La pregunta que muchos se hacen cada fin de semana es:¿están los árbitros españoles preparados para dirigir partidos en primera división? No se ustedes, pero yo tengo mi opinión. Los árbitros conocen el reglamento, pero no el juego. Y para ir más lejostodavía, el reglamento no ayuda demasiado al colectivo arbitral. Este tema es muy amplio y se podrían escribir páginas o libros sobre el mismo, pero yo voy a centrarme en un aspecto concreto enrelación al tema de los árbitros y el reglamento: las manos.

Sería llevarnos a engaño decir que este año no es la mayor polémica a la que se enfrentan los árbitros españoles y uno de los temas preferidospor los medios para llenar en gran medida, sus espacios de debate y opinión. El tema de las manos ya empieza a cansar a aficionados, jugadores y técnicos; tanto que ya han salido varios en rueda deprensa criticando esta absurda ley de las manos. Ya no sabemos si se pitan las manos voluntarias y las involuntarias no. Si se pitan todas independientemente de la voluntariedad. O si después de golpearen otra parte del cuerpo, la pelota golpea en la mano no se pita… ¡ya no sabemos nada! Y lo peor es que los árbitros tampoco. Si algo está claro es que no tienen un criterio firme para estas...