Habitos

Los hábitos intelectuales según Tomás de Aquino
Juan Fernando Sellés
EUNSA, Pamplona 2008, 665 pp.

La referencia casi permanente a una educación en valores, una educación cívica o ciudadana, parece dejar de lado, en quienes tienen la misión de educar, algo tan importante y decisivo para la educación, y por tanto para la mejora y crecimiento personal, como son los hábitos y las virtudes.No es nueva esta distorsión. ¿Qué añade el estudio de los hábitos para alguien que se dedica a la educación? La respuesta, por sencilla, no deja de tener su importancia. Todos ellos –los hábitos– van encauzados a la dimensión más radical de la educación: ayudar a crecer. Desde esta perspectiva el libro que aquí se presenta tiene una importancia vital para el buen desarrollo de la educación.Efectivamente, “hábito y virtud son dos conceptos que manifiestan lo mejor del hombre, como es el perfeccionamiento libre y radical de la persona desde sí misma […]. Hábito y virtud sólo son la efectividad propia del crecimiento humano que expande la libertad, donde se realiza plenamente la real autonomía personal en la actuación ordinaria, cotidianamente. Así se ha visto siempre en la prácticatotalidad del pensamiento educativo, que ya desde Sócrates –pasando por J. Locke, J. Dewey y otros autores– hasta nuestros días ha afirmado que la educación no era otra cosa que la formación de hábitos en quien aprendía, aun siendo muy diversa la noción de hábitos en unos y otros” (Altarejos, F. y Naval, C., Filosofía de la educación, 2ª ed., EUNSA, Pamplona, 2004, p. 207).

Ciertamente el crecimientohumano es irrestricto, un crecimiento que no se detiene porque nunca es suficiente y tiene lugar en orden a otras personas y en orden al mundo. “La organización de ese crecimiento es constituida por una característica humana, a la que a veces se le concede poca importancia, siendo la más relevante: que el hombre puede adquirir hábitos” (Polo, L. Ayudar a crecer. Cuestiones filosóficas de laeducación, EUNSA, Pamplona, 2006, p. 59).

En este marco de referencia, la obra que aquí se presenta tiene un notable interés para el ámbito educativo, en la medida en que, como se ha hecho notar, educar es ayudar a crecer, y esa tarea se lleva a cabo a través de los hábitos. Nos encontramos con una obra en la que el autor destaca, como elemento clave, recoger los textos pertinentes de Tomás deAquino sobre los hábitos. Ciertamente esto supone una notable ayuda como marco teórico que sustenta la praxis educativa.

Siguiendo el legado tomista, el libro guarda una estructura clara y sencilla que facilita la comprensión de un mapa conceptual sobre el hábito no fácil de adquirir. El libro se estructura en tres partes:

En la primera se lleva a cabo una descripción de la naturaleza y tipos dehábitos (capítulos 1 a 5). El eje temático de la descripción se centra, por un lado, en la índole de los hábitos adquiridos y, por otro, en la de los innatos. Es una parte muy didáctica que permite desplegar el mapa conceptual y entender el desarrollo de las otras dos partes de la que consta el libro.

En la segunda parte se realiza un elenco y descripción de cada uno de los hábitos inferiores,bien sean formales (capítulos 6 a 9), teóricos (capítulos 10 a 13) o prácticos (capítulos 14 a 17). Todos ellos tienen índole de hábitos adquiridos.

En la tercera parte se estudian los tres hábitos superiores (capítulos 18 a 26). Para Tomás de Aquino, el hábito de la sindéresis y el de los primeros principios son innatos, mientras que el hábito de la sabiduría es adquirido.Metodológicamente, el examen que se hace en la segunda y tercera parte de los hábitos sigue un orden ascendente, pues para Tomás de Aquino el conocimiento humano es jerárquico.

Como un modo de enriquecer el estudio que se presenta, en el desarrollo de cada uno de los capítulos se siguen los textos del Corpus tomista, aunque también se ofrecen algunas interpretaciones de los comentadores tomistas clásicos, de...