Hagamos las pases con la ortografia

HAGAMOS LAS PASES CON LA ORTOGRAFÍA
Quiero iniciar el tema de la ortografía en la población universitaria, hablando primero de la trayectoria que seguramente muchos hemos pasado en el proceso de laescritura desde la niñez. Yo como hija de maestros: mi padre, profesor de español y mi mama, quien debía dictar todas las materias a un mismo salón de clase, a muy temprana edad para esa época (5años) aprendí las primeras letras y ya podía leer algunas palabras. Hasta ese momento la aventura de la escritura y la lectura eran tan emocionantes que nuestras manos y nuestra voz no eran capaces deexpresar coordinada y pausadamente esas palabras y avisos que leíamos. Esta felicidad duro los primeros años de primaria no solo porque iba adelantada en lenguaje, en comparación al resto de miscompañeros de clase, sino porque las reglas del juego cambiaron y debía empezar a familiarizarme con las normas ortográficas. Ya no solamente debía escribir y expresar coherentemente las frases sino que ademássatisfacer la exigencia de nuestro precioso y florido idioma. Creo que hasta llegué a pensar que unos personajes eruditos en el idioma seguramente habían sido los profesores del libro gordo delQuijote de la Mancha que veía leer a mi papá, pretendían acabar con nuestra emoción de sentir la fantasía que parecía inacabable, al poder incurrir en el mundo de las letras.
No es fácil adquirirdestreza cuando se tiene un padre estricto y que además es educador pues ellos ven a sus hijos como el trofeo que quieren lucir. ! Pobre papá!, esta princesa quería lucirse en las letras pero no sabía quehabía que pagar un precio. Las recalcitrantes clases en primaria y bachillerato sobre los usos de los signos de puntuación y especialmente las excepciones ortográficas de cada una de las reglas fueronuna tortura para la niña que anhelaba ser escritora o al menos sacar mejores notas en la materia que dictaba su padre. Mi llegada a la universidad y el invento del corrector ortográfico de la era...