Hay Cosas Que Es Mejor No Conocer
Por FEDERICO CÁRDENAS JIMENES
| Publicado el 31 de mayo de 2012
Alguien preguntó recientemente mi punto de vista sobre el hecho de probar las drogas, al fin y al cabo me dijo es una prueba y eso no indica
que uno se va a quedar allí, enganchado. Respondí lo siguiente:
Para este caso, hay que tener en cuenta dos dimensiones del ser humano, una relacionada con su naturaleza humana y otra con su razón.
Confrontándolas a ambas, la primera es tan antigua como destacan los evolucionistas, mientras que la otra es apenas reciente, es joven, por lo
que hay mucha tela que cortar al respecto, comenzando por decir que
nuestra naturaleza humana tiene que ver con lo animal, con lo carnal, con lo sensorial y con todo lo que puede agregarse a ella, es decir, lo que
late por dentro de cada uno de nosotros, nuestros instintos.
Hemos tratado de conceptualizar esa naturaleza desde siempre y aún con todo el ejercicio de la razón y del lenguaje, no se han podido llenar
enormes vacíos, baches en el conocimiento de nuestra especie, por lo
que se entiende esto como algo bastante complejo.
Las sustancias psicoactivas no llegan a la razón, no es nuestra razón la que se excita o se deprime, es nuestra naturaleza humana, es esa
herencia milenaria que tenemos dentro la que se ve “tocada” o
“enganchada” y la que pide a gritos alimentarse. ¡Cómo pensar reprimir la sensación de la heroína, por ejemplo, si su efecto ha sido descrito como
100 veces más extraordinario que un orgasmo! Imagínense ese inefable placer. ¡Cómo procesar racionalmente que “no se puede volver a hacer
eso”, cuando algo más potente que nuestra conciencia nos pide a gritos
su alimento! Por eso quien la prueba simplemente no sale de allí, porque
quedó atrapado en su propia naturaleza.
Entonces no es tan sencillo decir “una probadita no más” porque a pesar
tal vez de tener plena conciencia en aquel momento en que se decide ...
Regístrate para leer el documento completo.