historia
1 Ver JeanPierre Rioux, la France perd la mémoire. París: Perrin, colecciónTempus, 2010, pp. 6275.
La historia en el pasado
Patrice gueniffey*
* Traducción del francés de Arturo Vázquez Barrón.
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usos De la historia
revolucionarios, y se esfuerzan por encontrar las razones del estado semico matoso en el que, en efecto, se encuentran.2 Las causas abundan. Algunas, por lo demás, no son propias de la historiografía revolucionaria; tienen que ver con el conjunto de ladisciplina histórica, las condiciones de su ejercicio, como el lugar que se le otorga en la sociedad. En cuanto a las primeras –regresaré más adelante con las demás–, habría que insistir más en los da ños que han provocado la puesta en marcha de sistemas cuantitativos de evaluación de la producción histórica imitados de los procedimientos apli cados a las ciencias exactas; la extremaespecialización de los estudios his tóricos; su contaminación con el vocabulario de las ciencias sociales; por último, y sobre todo, el sofocante conformismo de nuestra época. La histo riografía de la Revolución francesa no escapa a estos males. ¿Podría haber otros que le son propios? Se oye decir de vez en cuando que habría que la mentar la desaparición de los “paradigmas” interpretativoselaborados en otro tiempo por la historiografía marxista o por la escuela de los Annales; también se oye decir que la interpretación “crítica” de la Revolución que se impuso en los años 1980 no habría sabido, o podido, reemplazar aquello que acababa de derrocar mediante un método que se revelara durablemente fecundo. Por eso la historia de la Revolución francesa se desplegaría hoy en el vacío; leharían falta “paradigmas”, estaría en busca de nuevos “objetos”, y sus historiadores tan desamparados que algunos no dudan en hacer un llamado a un “regreso a lo social” –según ellos ofrecido en sacrificio desde hace demasiado tiempo al estudio de los discursos y de las prácticas políti cas– que, esperan, daría un nuevo impulso a los estudios revolucionarios.3 Lejos de mí está la idea de cuestionar laimportancia de los factores so ciales y económicos en el estudio de las sociedades; pero, al tratarse de 1789, cuesta trabajo imaginar lo que podría resultar de este “regreso a lo
2 Ver, por ejemplo, Rebecca L. Spang, “Paradigms and Paranoia: How Modern is the French Revolution?”, American History Review, febrero de 2003, pp. 119147. 3 Ver, en particular, Suzanne Desan, “What’s after...
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