Historias

El abuelo

A
l fin el día había llegado, después de nueve lunas, había nacido su hermanito. Tan soñado, tan esperado; desde hacia mucho tiempo Sofía había ido alimentando poco a poco, así comocrecía el vientre de su mama, la idea de dejar de ser el centro de la familia. Hija única, nieta única, sobrina única era demasiado para ella. Con sus cortos cinco años y medio le parecía que ya erahora de compartir esa responsabilidad con otro.-

Aquella tarde de un otoño que llegaba ya a su fin, soleado pero muy frío, la abuela le había prometido ir a la clínica para conocer al benjamín.Con paciencia, la había preparado escogiendo su mejor vestidito que dejaba a la vista las costras viejas y nuevas en sus rodillas, producto de sus intentos frustrados por aprender a andar enbicicleta. La peino con dos tirantes colitas y le coloco medias blancas con puntillitas y zapatitos de charol negro –reservados para ocasiones especiales-. Finalmente estaba lista para conocer a ese ser querecién se asomaba a la vida, era mucha la emoción y expectativa la que le provocaba para su corta edad.-

Salieron del viejo caserón de sus abuelos y caminaron un par de cuadras de la mano desu abuelo hasta la parada del colectivo. La abuela y el abuelo también iban elegantemente vestidos, acorde a la ocasión. Mientras esperaban el bus vio la cara de alegría de su abuelo y el comentariode que al fin llegaba un varón a la familia. La abuela lo regañó por lo bajo: -no ves que la nena escucha.-

Llegaron puntualmente a la hora de la visita, y allí, desde el umbral de la puertade la habitaciónsita, y alli pudo ver a suue al fin llegaba un varon a la familia andar en bicicleta pudo ver a sus padres embelesados observando al pequeñín que se hallaba envuelto en las mantillasque tanto la mama como la abuela habían tejido durante la espera. Fue entonces que creyó que aquel ser por el cual había esperado tanto y al cual había aprendido a amar sin conocerlo, le había robado...