Hola!
“Quizá conmigo empieza a cerrarse un ciclo y a abrirse otro en el Perú y lo que él representa: se cierra el de la calandria consoladora, del azote; del arrieraje, deloído impotente, de los fúnebres ‘alzamientos’, del temor a Dios y del predominio de ese Dios y sus protegidos, sus fabricantes; se abre el de la luz y la fuerza liberadora invencible del hombre deVietnam, el de la calandra de fuego, el del dios liberador”(ZZ, V, 198 )[3].
De este modo, Gutiérrez interpreta la obra de Arguedas a través de la tensión entre ambas calandrias. Siempre veremos enJosé María ese canto entrecruzado de las dos aves. El ave que susurra al oído palabras de consuelo aletargantes para que la enajenación perdure; y la calandria valiente e iracunda que con la pureza dela ira más santa se revela contra el orden establecido que somete, ella aboga con canto enfurecido por la liberación de los oprimidos. Sin embargo, no es cosa de poco interés que no es sólo lacalandria la que tiene protagonismo en estos ciclos que nos narra Arguedas: también Dios permanece. Es justamente este juego con ambas figuras lo que nos permitirá tender el puente entre la obra de...
Regístrate para leer el documento completo.