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entre los Detroit Tigers y los Chicago White Sox, el martes 12 de julio de 1979, podría entrar por sólo 98 centavos (en alusión a su dial, 97.9 FM). La única condiciónpara entrar por ese valor, era llevar un álbum de música disco para ser destruído en una ceremonia durante el entretiempo. La idea recibió el nombre de “Disco DemolitionNight”.
Steve Dahl pensaba que si lograba convocar a "cinco mil personas", el evento habría sido un éxito, pero concurrieron 90 mil espectadores con un disco bajo el brazo.El estadio estuvo a reventar, y miles de rockers tuvieron que quedarse afuera. Cuando Dahl hizo su aparición en la cancha, fue ovacionado por una multitud que gritaba: Discosucks!
Todos los vinilos recolectados fueron apilados en un enorme conteiner y Dahl procedió a dinamitarlo. La explosión se quedó corta -ni siquiera la mitad de losdiscos fue destruida-, entonces el público decidió invadir la cancha para ayudar a destrozar los acetatos con sus manos o con lo que tuviera a su alcance.
La noticia tuvorepercusión internacional, y sus efectos fueron demoledores para la música disco, ya que la campaña hizo que mucha más gente se manifestara ya harta de ella. Era evidente queel estilo había saturado al público. Las radios que pasaban música disco cayeron estrepitosamente en menos de seis meses.
De las 100 mil discotecas que se calcula hubo enel mayor auge del disco en USA, quedaron menos del 10 por ciento, entre las que se destacó siempre, claro, el mítico Studio 54.
Hoy, Steve Dahl continúa trabajando enradios de Chicago y tiene su propio talk show. En su país siempre será recordado como el hombre que en una noche, acabó con la moda de la música disco.

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