Hola
Luego, diciéndoselo una a otra por toda la ciudad, hicieron famoso el dicho de que el más agradable servicio que a Dios pudiera hacerse era meter al ^diablo en-el infierno; el cualdidT^Tpasadc^a-este-tedo del mar,4eaavia-se= oye. Y por ello vosotras, jóvenes damas, que necesitáis la gracia de Dios, aprended a meter al diablo en el infierno, porque ello es cosa muy grata a Dios yagradable para las partes, y mucho bien puede nacer de ello y seguirse. Mil veces o más había movido a risa la historia de Dioneo a las honestas damas, tales y de tal manera les parecían sus palabras;por lo que, llegado él a la conclusión de ésta, conociendo la reina que el término de su señorío había llegado, quitándose el laurel de la cabeza, muy placenteramente lo puso sobre la cabeza deFilostrato, y dijo: -Pronto veremos si el lobo sabe mejor guiar a las ovejas que las ovejas han guiado a los lobos. Filostrato, al oír esto, dijo riéndose: -Si me hubieran hecho caso, los lobos habríanenseñado a las ovejas a meter al diablo en el infierno no peor de lo que hizo Rústico con Alibech; y por ello no nos llaméis lobos porque no habéis sido ovejas, pero según me ha sido concedido, gobernaréel reino que se me ha encomendado. A quien Neifile contestó: -Oye, Filostrato; habríais, queriéndonos enseñar, podido aprender sensatez como aprendió Masetto de las monjas y recuperar el habla en talpunto que los huesos sin dueño habrían aprendido a silbar. Filostrato, conociendo que había allí no menos hoces que dardos tenía él, dejando el bromear, a dedicarse al gobierno del reino encomendadoempezó; y haciendo llamar al senescal, en qué punto estaban todas las cosas quiso oír, y además de esto, según lo que pensó que estaría bien y que debía satisfacer a la compañía, por cuanto su señoríodurase, discretamente dispuso, y después, dirigiéndose a las señoras, dijo: -Amorosas señoras, por mi desventura, pues que mucho dolor he conocido, siempre por la hermosura de alguna de vosotras he...
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