Hola

Las 6:30 en punto y Camila se hallaba de pie ante el umbral de mi cuarto. Al ver su rostro de angustia y compadeciéndome de ella pude visualizar por un momento a mi pequeña niña que hace tan solounos años se asustaba por la oscuridad, los monstruos y quién sabe cuánto más.

-No vayas a llegar tarde – le dije

Escuché la voz de mi madre y sonreí levemente aún media dormida pero con unosnervios que se hacían sentir en mi estómago y me intentaban recordar que no había tiempo que perder. Sin embargo, caminé lentamente hacia mi habitación después de responder con un no muy entusiasta “ya,mamá” y me puse a mirar por la ventana que daba a la calle: era un día normal para los demás.

Y lo era aparentemente para sus vecinos, quienes iniciaban un día lunes como cualquier otro pero en todoel país miles de jóvenes se alistaban para lo que sería la temida PSU de Lenguaje.

-Te irá bien, tranquila. Te amo – le alcancé a decir antes de que, luego de un cariñoso abrazo, corriera paraasegurarse de no perder la micro. Cerré la puerta y lo único en lo que pensé fue en que estaba completamente orgullosa de ella.

Mucha gente circulaba por los pasillos en aquel establecimientoeducacional que servía de sede, unos transportando papeles de un lado a otro y algunos mirando listas de nombres detalladamente. Una muchacha alta, delgada y de pelo castaño corto hasta un poco más debajo delos hombros subía nerviosa las escaleras mientras jugaba nerviosamente con cierre de su bolso. Sentía una gran presión, no quería defraudar a nadie.

Tranquila…respira, es solo una prueba. ¿Cuántashas hecho en tu vida? Y mis amigas, necesito habalr con ellas, ¿se habrán quedado dormidas? No, no, imposible. Ojalá que los textos sean entretenidos o sino… ¡y mañana matemáticas!

Me detuve frentea la puerta de la sala que me correspondía, solo faltaban unos minutos para el ingreso.

Minutos que pasaron rápidamente porque de un momento a otro el patio estuvo prácticamente desocupado;...