Homo Sapiens

HOMO ERECTUS: POR FIN, EL HOMBRE.
Quizás valga la pena advertir que los hallazgos de fósiles, según su influencia en nuestros conocimientos, se dividen en dos categorías .Hay los de especies antesdesconocidas que ofrecen nuevos atisbos del cuadro evolutivo y lo que lo hacen más que confirmar o ampliar los conocimientos sobre un tipo ya descubierto. Es la primera clase, que produce conjeturasatrevidas, la que parece en los periódicos. Más que el científico, la segunda es quizás la más importante. A fin de tener una buena idea de las características las dimensiones podríamos decir de unaespecie necesitamos una serie consistente de fragmento o esqueleto entero de varios ejemplares. Sin ella, un solo fósil puede ser una mera curiosidad, estimulante e incitante, sin duda, pero que no seacomoda con certidumbre en el orden general de las cosas antes de hallar y examinar otros fósiles parecidos. Por ejemplo, son los estudios comparativos, pacientes, más humildes y siempre prolongadosde hallazgos posteriores que a menudo se hacen años después del original los que acaban convirtiendo las conjeturas atrevidas en conclusiones científicas.
El tema de este capítulo es HOMO ERECTUS, ysu historia constituye un ejemplo casi perfecto de la conjetura atrevida que acaba haciéndose respetable. Cuando en el decenio de 1890 Eugene Dubois descubrió fragmentos “de un hombre mono” fósil enJava, nadie supo que pensar. Era un ejemplo del primer tipo de hallazgo. Había nacido para aparecer en los periódicos. Era con mucho, el fósil humano más antiguo y primitivo que se conocía; porconsiguiente, se hiso más hincapié en sus cualidades de antropoide que en las humanas. DOBOIS lo llamo PITHECANTHROPUS ERESCTUS (hombre mono erecto). Pero se sabía tan poco de la geología de Java que nohabía manera de calcular su edad y no hubo acuerdo en si se trataba de un homínido o de un antropoide. El propio Dubois cambio varias veces de opción, se sintió cada vez más ofendido y desconfiado...