Homo Videns. La Sociedad Teledirigida - Sartori

Páginas: 7 (1647 palabras) Publicado: 15 de julio de 2012
“Homo videns. La sociedad teledirigida”
Giovanni Sartori

Segunda parte: La opinión teledirigida
2. La formación de la opinión
Casi siempre la opinión pública es un “dato” que se da por descontado. Existe.
En primer lugar, la opinión pública es el conjunto de opiniones que se encuentra en el público o en los públicos.
Sin embargo, la noción de opinión pública denomina sobre todoopiniones generalizadas del público, opiniones endógenas (opiniones que se originan o nacen en virtud de causas internas), las cuales son del público en el sentido de que el público es realmente el sujeto principal.
Una opinión se denomina pública no sólo porque es del público, sino también porque implica la res pública, la cosa pública, es decir, argumentos de naturaleza pública: los interesesgenerales, el bien común, los problemas colectivos.


Opinión es doxa, no es epistème, no es saber y ciencia; es un “parecer”, una opinión subjetiva para la cual no se requiere una prueba. Las opiniones son convicciones frágiles y variables. Si se convierten en convicciones profundas y fuertemente enraizadas, entonces debemos llamarlas creencias (y el problema cambia).


La democraciarepresentativa no se caracteriza como un gobierno del saber, sino como un gobierno de la opinión, que se fundamenta en un público sentir de res pública. Es decir, que a la democracia representativa le es suficiente, para existir y funcionar, con el hecho de que el público tenga opiniones suyas; nada más, pero atención, nada menos.


Para que una opinión pública autónoma sea verdaderamentedel público, debe estar expuesta a flujos de informaciones sobre el estado de la cosa pública. Si fuera “sorda” y demasiado cerrada, no serviría. Por otra parte, cuanto más se abre y se expone una opinión pública a flujos de información exógenos (que recibe del poder político o de instrumentos de información de masas), más corre el riesgo la opinión del público de convertirse en “hetero-dirigida”,como decía Riesman.
Cuando la opinión pública se plasmaba fundamentalmente en los periódicos, el equilibrio entre opinión autónoma y opiniones heterónomas (heterodirigidas) estaba garantizado por la existencia de una prensa libre y múltiple, que representaba a muchas voces. La aparición de la radio no alteró sustancialmente este equilibrio. El problema surgió con la televisión, en la medida enque el acto de ver suplantó al acto de discurrir. Cuando prevalece la comunicación lingüística, los procesos de formación de la opinión no se producen directamente de arriba abajo; se producen “en cascadas”, o mejor dicho, en una especie de sucesión de cascadas interrumpidas por lagunas en las que las opiniones se mezclan (según un modelo formulado por Deutsch, 1968). Además, en la cascada sealinean y se contraponen ebulliciones, y resistencias o viscosidades de naturaleza variada.
Pero la fuerza arrolladora de la imagen rompe el sistema de reequilibrios. La televisión es explosiva porque desplaza a los líderes intermedios de opinión, y porque se lleva por delante la multiplicidad de “autoridades cognitivas” que establecen de forma diferente, para cada uno de nosotros, en quiéndebemos creer, quién es digno de crédito y quién no lo es. Con la televisión, la autoridad es la visión en sí misma, es la autoridad de la imagen. No importa que la imagen pueda engañar aun más que las palabras. Lo esencial es que el ojo cree en lo que ve; y, por tanto, la autoridad cognitiva que más se cree es lo que se ve. Lo que se ve parece “real”, lo que implica que parece verdadero.
Por todoesto, decir que a la democracia representativa le basta, para funcionar, que exista una opinión pública que sea verdaderamente del público es cada vez menos cierto, debido a que la videocracia está fabricando una opinión sólidamente hetero-dirigida que aparentemente refuerza, pero que en sustancia vacía, la democracia como gobierno de opinión. Esto ocurre porque la televisión se muestra como...
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